Heredabilidad del cociente intelectual

Sin embargo, se sabe que un entorno prenatal deficiente, la malnutrición y las enfermedades tienen efectos nocivos de por vida.

La determinación de muchos rasgos puede considerarse principalmente genética en condiciones ambientales similares.

[23]​ Otros rasgos tienen estimaciones de heredabilidad más bajas, lo que indica una influencia ambiental relativamente mayor.

Sin embargo, algunos estudios sobre gemelos criados por separado (por ejemplo, Bouchard, 1990) revelan una influencia ambiental compartida significativa, de al menos el 10% en la edad adulta tardía.

[33]​ Judith Rich Harris sugiere que esto podría deberse a supuestos sesgados en la metodología de los estudios clásicos sobre gemelos y adopción.

Los entornos con graves carencias, negligentes o abusivos afectan negativamente a diversos aspectos del desarrollo, incluido el crecimiento intelectual.

Estudios recientes sobre gemelos y adopción indican que el efecto del entorno familiar compartido es significativo en la primera infancia, pero disminuye sustancialmente al final de la adolescencia.

Es más probable que influyan los compañeros y otras experiencias ajenas a la familia.

[25]​[38]​ Por ejemplo, los hermanos que crecen en el mismo hogar pueden tener amigos y profesores distintos e incluso contraer enfermedades diferentes.

Por tanto, aún no está claro si estos estudios son aplicables al conjunto de la población.

Es posible que, en toda la gama de ingresos y etnias, las diferencias entre familias tengan consecuencias más duraderas para la inteligencia psicométrica.

Entre las familias con ingresos más bajos, las proporciones eran en sentido inverso, 39% genéticas y 45% de entorno compartido”.

Los autores señalaron que investigaciones anteriores habían arrojado resultados incoherentes sobre si el nivel socioeconómico modera o no la heredabilidad del CI.

En primer lugar, es posible que algunos estudios carecieran de la potencia estadística necesaria para detectar interacciones.

[56]​ Un metaanálisis realizado por Devlin y colegas (1997) sobre 212 estudios anteriores evaluó un modelo alternativo de influencia ambiental y descubrió que se ajusta mejor a los datos que el modelo de entornos familiares utilizado habitualmente.

[1]​ La heredabilidad del CI aumenta durante la primera infancia, pero sigue sin estar claro si se estabiliza después.

[1]​ Estos resultados tienen dos implicaciones: puede ser necesario un nuevo modelo sobre la influencia de los genes y el entorno en la función cognitiva; así como las intervenciones dirigidas a mejorar el entorno prenatal podrían dar lugar a un aumento significativo del CI de la población.

A partir de 1950 la literatura sobre el tema era tan amplia que no se publicó la bibliografía completa.

[57]​ Este modelo podría adaptarse para incluir posibles factores, como la nutrición en la primera infancia, que pueden causar efectos permanentes.

[58]​ Este efecto puede explicarse por un entorno generalmente más estimulante para todas las personas.

[57]​[59]​ La mayoría de las mejoras han permitido aumentar el razonamiento abstracto, las relaciones espaciales y la comprensión.

[58]​ Investigaciones recientes han puesto de manifiesto los factores genéticos que subyacen a la estabilidad y el cambio del CI.

[65]​[66]​[67]​[68]​ Además, los investigadores han demostrado que los cambios naturales en el CI se producen en los individuos en momentos variables.

Estos resultados se obtuvieron mediante un metaanálisis del nivel educativo y las puntuaciones poligénicas de los alelos no transmitidos.

[72]​ Además, sólo el 8% de la capacidad espacial puede explicarse por factores ambientales compartidos, como la escuela y la familia.

En 1982, Bouchard y McGue revisaron estas correlaciones en 111 estudios originales realizados en Estados Unidos.

Aunque esto pueda parecer un sinsentido, se justifica por la suposición no declarada de que GxE=0.

[14]​ A favor de una explicación ambiental, por otra parte, numerosos estudios y revisiones han mostrado resultados prometedores.

Entre ellos, algunos se centran en el cierre gradual de la brecha de CI entre blancos y negros en las últimas décadas del siglo XX, a medida que los examinados negros aumentaban sus puntuaciones medias en relación con los blancos.

[95]​[97]​[87]​[88]​ Otros estudios recientes se han centrado en las disparidades en la nutrición y la atención prenatal, así como en otras disparidades medioambientales relacionadas con la salud y han descubierto que estas pueden explicar las importantes diferencias de CI entre grupos de población.