Cuestionario

Aunque a menudo están diseñados para poder realizar un análisis estadístico de las respuestas, no es siempre así.

Los cuestionarios tienen ventajas sobre otros tipos de encuestas en que estos son baratos, no requieren de mucho esfuerzo por parte del consultado como por ejemplo las encuestas orales o telefónicas, y a menudo tienen respuestas estandarizadas que hacen más simple la tabulación de los datos.

Es por eso que la realización de tantas encuestas para algunos grupos demográficos usando cuestionarios puede ser no práctica.

Se distinguen cuatro escalas para las preguntas cerradas, y que son las siguientes: La respuesta de un consultado a una pregunta abierta es codificada en una escala en un proceso posterior.

[2]​ En general, las preguntas deberían de fluir en forma lógica desde una a otra.

Por ejemplo, a diferencia de las entrevistas, las personas que llevan a cabo la investigación pueden no saber nunca si el encuestado comprendió la pregunta que se le hizo.

[6]​ A menudo, los cuestionarios tales como los del Indicador Myers-Briggs, entregan demasiadas pocas opciones a la respuesta; los encuestados pueden responder pueden seleccionar cualquier opción pero deben escoger solo una de estas.

También los cuestionarios producen una tasa de retorno muy baja, sean estos enviados por correo o puestos en línea.

Preguntas introductoras o motivadoras: Son las que se realizan al principio de la entrevista y que tienen como objetivo despertar el interés de la persona que se va a entrevistar, intentando motivarle y predisponerle favorablemente para la realización del cuestionario.

Tabulación de un cuestionario.
Un formulario sin rellenar impreso en papel.