Megafauna

El término está especialmente asociado en la literatura científica actual a la megafauna del Pleistoceno tardío y el Holoceno que ha venido extinguiéndose en un proceso conocido como extinción masiva del Cuaternario[1]​[2]​ desde hace 50.000 años hasta la actualidad.Incluye así a los animales grandes o gigantes que se consideran arquetípicos de la última edad de hielo como por ejemplo los mamuts en el hemisferio norte y los gliptodontes en América del Sur.[5]​[6]​ Por lo tanto esto incluye a muchas especies que no son popularmente consideradas como especialmente grandes, como el ciervo de cola blanca y el canguro rojo, e incluso a los humanos, aunque también se utiliza el criterio más restrictivo de aplicarlo a aquellos animales cuya masa excede una tonelada métrica (un millón de gramos o megagramo).También se usa para referirse a los animales salvajes de mayor tamaño que existen, especialmente los elefantes, las jirafas, los hipopótamos, los rinocerontes, los alces, los cóndores, etc.Una tasa de cambio sorprendentemente rápida se encontró para grandes disminuciones en la masa corporal, como la que pueden estar asociadas con el fenómeno del enanismo insular.Entre los mamíferos terrestres, las tasas más rápidas de incremento aparecen en los perisodáctilos, seguidos por los roedores y proboscídeos,[9]​ todos los cuales son fermentadores del intestino grueso.El mayor carnívoro metaterio, Proborhyaena gigantea, aparentemente alcanzaba 600 kg, también cerca de este límite.[10]​ Durante el Paleoceno, debido al tamaño pequeño inicial de los mamíferos, los nichos de superpredador fueron frecuentemente ocupados por miembros de otros grupos, como los crocodilianos terrestres (como Pristichampsus), grandes serpientes (Titanoboa), lagartos varánidos, o aves no voladoras[10]​ (como Gastornis en Europa y Norteamérica, Paleopsilopterus en Suramérica).En la aislada América del Sur, los forusrácidos no pudieron ser desbancadas por los carnívoros metaterios esparasodontes locales y siguieron siendo dominantes hasta que los depredadores euterios llegaron desde Norteamérica (como parte del Gran Intercambio Biótico Americano) durante el Plioceno.[16]​ La mayor especie de Dromornis, D. stirtoni, puede haberse extinguido después de haber obtenido la masa corporal aviana máxima y fue después desplazada por los marsupiales diprotodontes que evolucionaron a tamaños varias veces mayores.Australia perdió el 86% de su megafauna, la mayor parte entre hace 50.000 y 40.000 años, coincidiendo en el tiempo con la llegada del ser humano.[38]​ Todas las extinciones masivas de megafauna del Cuaternario tardío parecen haber coincidido en el tiempo con la expansión del ser humano moderno a nuevos continentes o grandes islas, siendo el África subsahariana la menos afectada por el proceso hasta el SXIX.Así estas especies de megafauna pudieron coevolucionar con especies del género Homo y otros géneros más antiguos, y desarrollar una respuesta instintiva para evitar el contacto con homínidos o iniciar un ataque ante su presencia.[1]​ La megafauna del resto del mundo o bien había estado expuesta a una presencia de humanos primitivos menor aunque sometida a su depredación[39]​ (es el caso particular de la megafauna eurosiática/paleártica, cuya extinción masiva fue la más lenta de todas tras la llegada del Homo sapiens),[1]​ o bien no había cohabitado jamás con homínidos, por lo que no habría desarrollado ningún mecanismo instintivo para identificarnos como depredadores.Este ausencia de respuesta defensiva se conoce como ingenuidad insular o ingenuidad ecológica (island tameness o island naivety en inglés) y se ha registrado como factor de extinción en numerosas ocasiones.[41]​ Así por ejemplo, los pingüinos del continente antártico muestran un profundo instinto de evasión frente a especies depredadoras con las que han coevolucionado, como la foca leopardo, pero no frente al ser humano, al que no temen.UU., sino que la presencia de homínidos en África se remonta al menos 100 veces más atrás en el tiempo que el corto lapso cronoestratigráfico de presencia humana en América del Norte.[30]​[43]​[44]​ En Eurasia los restos que demuestran un uso intensivo del mamut lanudo como fuente de alimento son aún más abundantes y dan una idea de hasta qué punto este animal fue cazado a gran escala por el ser humano moderno.[45]​ Aunque tradicionalmente se ha incluido el Asia tropical como otra región junto al África subsahariana donde no ha habido extinciones masivas de Megafauna, lo cierto es que también ha tenido pérdidas megafaunales muy notables que se han pasado por alto en muchos estudios porque no muestran un pico en el Pleistoceno Tardío y muchas especies emblemáticas han sobrevivido hasta nuestros días.La más conocida es la extinción del límite Cretácico-Terciario en la que la mayoría de los dinosaurios y varios reptiles gigantes fueron eliminados.El parque tiene aproximadamente 11,000 km cuadrados y está muy bien protegido de la caza furtiva.Es solo 3 veces mayor que Jasper, pero contiene 1,7 millones de ñus, 250.000 cebras y 500.000 gacelas.Estos números son aún más reseñables cuando se considera la creciente presión de la caza furtiva sobre la fauna africana en las últimas décadas.Jasper tiene una temporada de crecimiento más corta, con menos intensa luz solar, mientras que el Serengeti sufre caza furtiva desde hace cuatro décadas y una sequía estacional severa.[2]​[6]​[23]​[26]​[27]​[29]​[30]​[31]​[33]​[73]​ Hoy es muy difícil estimar la cantidad de animales que estarían presentes si Jasper fuera aún un espacio intacto.Si se extrapolan las cifras, Jasper pudo albergar unos 11.000 mamuts, 66.000 caballos y 165.000 ciervos.Este árbol produce una fruta de gran tamaño que ningún animal americano come en la actualidad.De hecho, hoy sabemos que había 7 especies, los otros 6 disminuyeron sus poblaciones hasta la extinción sin la megafauna.[21]​ Muchos herbívoros producen metano como un subproducto de la fermentación en la digestión, y lo liberan eructando.Después de que los primeros humanos llegaron a las Américas hace más o menos 13 000 años antes del presente, su caza insostenible y otros impactos ecológicos asociados llevaron a la extinción del 73 % de la megafauna en Norteamérica y el 80% en Sudamérica,[23]​ al mismo tiempo que las enormes poblaciones de mamut lanudo y otros grandes mamíferos del paleártico desaparecían en Eurasia.
El elefante africano , el animal terrestre vivo más grande.
Grandes mamíferos terrestres comparados con uno de los mayores dinosaurios saurópodos, Patagotitan .
Rinoceronte.