Los animales pequeños típicamente cazados por los pobres eran conejos, usando lazos y cetrería.
La caza genuina requería armas, considerable destreza y tiempo libre, que el habitante campesino promedio simplemente no tenía.
Quizás debido a esto, la caza furtiva ha sido vista con un dejo de nostálgico romanticismo en algunas áreas, como un noble acto de defender los derechos del pobre y no como un problema con el ecosistema.
[2] En las zonas rurales de Estados Unidos, los principales motivos para la caza furtiva son la pobreza.
Las partes del cuerpo de la fauna silvestre también son demandadas para la medicina tradicional y las ceremonias.
Según Joseph Vandegrift, China experimentó un inusual repunte en la demanda de marfil en el siglo XXI porque el auge económico permitió que más chinos de clase media tuvieran un mayor poder adquisitivo, lo que les incentivó a mostrar su nueva riqueza mediante el uso de marfil, que ha sido un bien escaso desde la dinastía Han.
Se les preguntó sobre el valor de los tigres en relación con la ecología, la ciencia, la educación, la estética y la cultura.
Sin embargo, surgió una razón por la que los tigres siguen siendo muy demandados en el comercio ilegal: culturalmente, siguen siendo símbolos de estatus de riqueza para la clase alta, y todavía se cree que tienen misteriosos efectos medicinales y sanitarios.
[12] Los efectos perjudiciales de la caza furtiva pueden incluir: Tradicionalmente, en algunas culturas se cree que partes del cuerpo de muchos animales, como tigres y rinocerontes, tienen ciertos efectos positivos en el cuerpo humano, como aumentar la virilidad y curar el cáncer.
[19] Estas creencias médicas alternativas son pseudocientíficas y no están respaldadas por la medicina basada en pruebas.
Las poblaciones de rinocerontes se enfrentan a la extinción debido a la demanda en Asia (para la medicina tradicional y como artículo de lujo) y en Oriente Medio (donde los cuernos se utilizan como decoración).
[29] Vietnam es la única nación que produce en masa cuencos hechos para moler cuerno de rinoceronte.