Cazadores de cabezas (historia de España)

Especialmente peligrosos eran los almogávares y adalides que en busca de mayores ganancias se convertían al islam y pasaban a servir al otro lado de la frontera, debido a su conocimiento del terreno.[6]​ Para poner fin a estas acciones se intentaron adoptar varias medidas que no funcionaron, hasta que surgieron grupos de personas que por su cuenta se dedicaban a acabar con los renegados y asaltadores granadinos, y a presentar sus cabezas o las orejas al concejo, el cual les pagaba una recompensa.[7]​ Los cazadores de cabezas no siempre actuaban en grupos autónomos, si tenían ocasión o si eran contratados por una localidad a cambio de un buen sueldo no dudaban en luchar en grandes contingentes.Todos los prisioneros fueron liberados y además de capturar a cincuenta enemigos para vender o intercambiar por cautivos cristianos, se fundó la villa que lleva ese nombre.Los renegados cristianos solían recibir peores castigos, como ser quemados vivos en lugar de ser ahorcados o despeñados, al considerarse traidores.
Límites del reino nazarita de Granada.