Ascendía por la sierra de Montecoche hasta llegar al río Guadalete.
Desde los ríos Guadalteba y Yeguas, la frontera tomaba dirección noreste salvo raras excepciones, pasando por las sierras al sur de Benamejí, Rute, Priego de Córdoba y Alcalá la Real.
Continuaba por el valle del río Guadalbullón hasta las alturas de Sierra Mágina.
[7] Durante su existencia, la frontera tuvo una gran importancia territorial, política, económica, religiosa y cultural.
El poblamiento se fijó mediante una serie de núcleos fortificados, próximos entre sí, con una extensión reducida, escasa densidad de población y con funciones exclusivamente bélicas, sobre todo defensivas.
En Granada está el rey moro - que no osa salir della.
De los sus ojos llorando - destas palabras dijera: - ¡Antequera, villa mía, - oh, quien nunca te perdiera!
La organización del Reino de Granada después de su conquista conservó su especificidad incluso en el aspecto fiscal, pues se mantuvo la aduana del diezmo y medio diezmo en la antigua frontera con Andalucía y con Murcia, al menos para la saca de la seda granadina.