A estos últimos corresponden los cimientos del castillo, que más adelante aprovecharían los romanos fortificándolo.
[6] Existen varias versiones del origen del término perote, si bien el más conocido es por haber sido su primer regidor Don Pero, en tiempo inmediato posterior a la reconquista por los Reyes Católicos, de ahí el nombre de la zona La Perosía.
Montes que también sobresalen en Álora por la mitad occidental del término con su característico paisaje laberíntico de lomas, cubiertas en su mayor parte por olivares, almendros y matorral.
Todo esto hizo que se produjeran unas excelentes condiciones en la vida del hombre prehistórico.
Sus descendientes se convirtieron en productores, practicando la agricultura y la domesticación de animales, en asentamientos poco perdurables.
A estos últimos corresponden los cimientos del castillo, que más adelante aprovecharían los romanos fortificándolo.
Durante la época visigoda debió construirse el núcleo de la fortaleza en el emplazamiento ubicado en la cima del Cerro de las Torres, que posteriormente remozarían y ampliarían los nuevos conquistadores árabes, que tras su entrada en la Península llegarían muy pronto a Álora a la cual acabarían denominando como Hisn al-Lawra.
Por ello las noticias más evidentes sobre las tropas musulmanas que llegaron por primera vez a Álora aparecen en algunas de las campañas militares que los Emires cordobeses llevaban a cabo contra umar Ibn Hafsun, a finales del siglo IX y principios del siglo X. las bases militares musulmanas se asentaron en el Cerro de las Torres que ocupaba una magnífica posición de observatorio natural sobre toda la comarca y corredor natural del valle del Guadalhorce, adquiriendo por tanto un importante valor estratégico en el proceso de arabización e islamización de la población, manifestado en el cambio del nombre romano Iluro a Al-Lura.
Todo hace suponer que la iglesia debía poseer cuantiosas riquezas en las tierras aloreñas.
La iglesia local quedó por ello diezmada y empobrecida habiendo perdido casi todos sus bienes materiales.
Su arraigada historia ofrece un vasto Patrimonio Artístico conformado por un espléndido Castillo Árabe, monumentales iglesias y calles sinuosas cargadas de tradición.
Al verla sabrá por qué los obispos de Málaga, cuando venían destinados a esta tierra, entraban por aquí y evitaban el conflicto con la Colegiata antequerana.
Se topará con un barrio antiguo, con sabor acumulado, después de muchos siglos oteando vientos y horizontes con su blancura encalada.
Luego, por mor de las defensas, los miedos, y por el andar del tiempo decidieron abandonar el costado oriental del Hacho y se trasladaron al Cerro de Las Torres, que es como aquí se le llama al castillo.
No debemos olvidar que la calle ancha solo tenía viviendas a su lado izquierdo.
En aquel tiempo había un camino con una empinada escalera formando zigzag que, descendiendo por la rápida vertiente del monte, ponía a la población en contacto con el nombrado después real de Córdoba.
En 1536, hacia la calle Toro y a espaldas de la Real —de lo que se deduce que la plaza no estaba cerrada como lo está hoy—, había una pequeña huerta y varios solares, según el investigador local Antonio Bootello.
Este edificio fue destruido durante la Guerra Civil y se crearía una plaza nueva más amplia tal como la conocemos hoy.
Su importancia ya se inicia en el siglo XVII con la fundación del Beaterio que existía en la actual plaza Fuente Arriba.
En 1.898, el Ayuntamiento de Álora adquirió un solar (el lugar que ocupa hoy la actual Casa Consistorial) para construir su propia sede municipal.
Aunque el nombre más usual es el de Zapata, por haber tenido allí casas propias personas con dicho apellido.
Comunica la parte baja del pueblo con la alta, al mismo tiempo que une las dos plazas principales.
Es bastante transitada debido a que es un de las arterias principales del pueblo ya no solo por los comercios, sino también por el tráfico.
Durante la mañana del Viernes Santo, Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores se encuentran en la plaza que lleva este mismo nombre y los portadores de cada trono se arrodillan al unísono varias veces (3 en concreto).
Esta festividad se celebra en la Ermita de las tres Cruces, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, y que está situada en los límites municipales de Álora, Almogía y Cártama.
La feria de noche es más familiar ya que se suele salir a cenar, dar un paseo por los cacharritos con los niños y más actividades familiares pero los jóvenes también tienen su hueco, hay una zona habilitada para que los jóvenes puedan beber y una caseta conocida como Caseta de la juventud con música, escenario, etc. A esta feria acuden personas de muchos municipios diferentes que están cerca de Álora y además, es una fiesta bastante conocida entre los jóvenes.
El plato no tiene ningún secreto, principalmente es un sofrito con patatas, tomate, pimiento, cebolla y pan.
A los deportes típicos de la zona como escalada, atletismo o ciclismo, hay que añadir los que se pueden practicar en las buenas instalaciones deportivas de la localidad cómo fútbol, fútbol sala, baloncesto, voleibol, pádel, ténis, bádminton, natación...
En este evento se enfrentan todos los equipos, en la modalidad de fútbol 7, quedando eliminado automáticamente el primero que pierda.
- Pabellón municipal de deportes Antonio Henares Sierra, se sitúa en la parte norte del pueblo.