Comercio de animales salvajes
El comercio de estos animales, y los productos derivados, está prohibido o sometido a restricciones.La única excepción se da en el caso de las aves, donde los principales importadores eran México y Emiratos Árabes Unidos.En ese sentido, datos del año 2012 indicaron que los precios de los cuernos habían alcanzado los US$ 60.000 por kilo, duplicando el valor del oro o platino de ese momento y eran más valorados que los diamantes o la cocaína.En ese sentido, la WWF informó que entre los años 2007 y 2011 la caza ilícita de rinocerontes en Sudáfrica, aumentó un 3000% .[2] Es muy cruel la forma en que los animales vivos son trasladados desde su sitio de extracción en su hábitat natural, hasta los depósitos donde permanecen esperando su destino comercial.Por esta razón la supervivencia es muy baja y en ese sentido se ha estimado que de cada diez animales traficados, solo uno llega con vida.En otras palabras, estas riquezas que forman parte del patrimonio, son los bienes naturales como la fauna, la flora, los minerales de las montañas, los bosques, montes, selvas, el agua dulce, los combustibles fósiles, entre otros.Es decir, debemos conservarlos, cuidarlos y usufructuarlos pero de manera tal que no se destruyan ni desaparezcan.Asimismo, en este amplio espectro demandante están quienes perciben el valor medicinal de plantas y animales o piensan que se adquiere estatus social por la cercanía a los mismos.También existen turistas oportunistas que por ignorancia compran suvenires manufacturados con especies silvestres (flora y fauna).Para que un animal pueda convivir con el ser humano por estar adaptado a sus costumbres, necesita haber atravesado por el proceso de domesticación.Por el contrario, los silvestres evolucionaron independientemente de la selección por parte del hombre, por lo tanto nunca podrán ser considerados domésticos y por ende, mascotas.Así, Kellert prostuló una tipología de nueve perspectivas: naturalista, humanista, moralista, estética, científica, ecológica, utilitaria, dominante y negativa.Y a su vez, en apéndice B, se incluyen especies que fuera de la Unión no tendrían protección por el acuerdo CITES.En el Sudeste asiático la demanda tiende a aumentar, en parte debido al auge económico y la creciente prosperidad.Un ejemplo es la salamandra Neurergus kaiseri, que ha sido incluido en el Apéndice A de CITES.[33] Incluso las especies más comunes pueden ser amenazadas por la caza, como la gacela saudí (Gazella saudiya) que fue declarada extinta en 2008.El marjor (Capra falconeri), por ejemplo, fue amenazado debido, entre otros, a la caza furtiva por su carne y sus cuernos; En 1994 sólo quedaban 700 ejemplares en Pakistán.[35] Las consecuencias del comercio ilegal de vida silvestre, pueden ser potencial y directamente irreversibles.Además, la defaunación es potencialmente desencadenante de efectos en cascada que empobrecen y simplifican los ecosistemas.[1] A nivel individuo, la extracción de su medio natural implica la muerte ecológica del ejemplar.[1] En este sentido, la WWF cita el ejemplo de las pitones birmanas liberadas por sus propietarios, que resultaron en una plaga muy importante para Everglades, en Florida, Estados Unidos.