Phorusrhacidae

[18]​ En el pasado, se solía reconstruir a estas aves con picos muy altos, órbitas oculares redondeadas, y neurocráneos abovedados[19]​ aunque no había evidencia empírica que apoyara esto.

Todo esto contribuye a un cráneo de aspecto más bien rectangular en vista lateral que triangular.

Aunque estas aves aparentan externamente tener un cuello corto, la estructura flexible del mismo prueba que podría extenderse lo suficiente para alcanzar e intimidar a sus presas usando su altura, permitiéndole golpear más fácilmente.

Una vez extendido en su longitud total en preparación para un ataque en caída, su fuerte musculatura cervical y su cabeza pesada podrían producir un empuje suficiente para causar daños fatales a las presas de estas aves.

Los huesos del pico se encuentran estrechamente fusionados, haciendo que este fuera más resistente a las fuerzas dirigidas desde adelante hacia atrás, lo que sugiere que se causaría la mayor parte del daño al picotear en lugar de hacer movimientos de lado a lado con la cabeza para sacudir a la presa.

Se ha mostrado que al menos algunos fororrácidos como Andalgalornis, aunque eran muy veloces corriendo en línea recta, se desempeñaban mal al girar rápidamente en forma cerrada, lo cual contradice la idea de los fororrácidos siendo depredadores ágiles de presas pequeñas.

Esto les permitiría generar fuerzas de reacción tres veces y media mayores que su propio peso corporal, lo cual corresponde a unos 2400 Newtons.

[4]​[28]​ Al atacar, las aves usarían sus grandes cabezas con pico como un hacha, como indican los estudios hechos en el cráneo de Andalgalornis.

Sin embargo, las fuerzas generadas en la punta del pico eran tan bajas como apenas alrededor de 133 Newtons.

El pico con una fuerte curvatura hacia abajo sugiere que rasgaba la carne del cuerpo de otros animales; muchas aves modernas con esta característica son carnívoras.

[32]​[33]​ Sin embargo, Ameghino nunca describió formalmente a estos especímenes y no han podido ser localizados, lo cual dificulta comprobar si eran en realidad egagrópilas de fororrácidos.

[33]​ Se ha sugerido que algunas egagrópilas del noroeste de Argentina habrían sido producidas por fororrácidos pequeños como Procariama.

En su primera descripción científica dada por Florentino Ameghino en 1887, no se proporcionó la etimología de Phorusrhacos.

[36]​[37]​ Superfamilia Phorusrhacoidea Familia Phorusrhacidae Alvarenga y Höfling no incluyeron a los Ameghinornithidae ni Aenigmavis sapea de Europa en los forroracoideos; estos en cambio se han clasificado como miembros más basales de Cariamae.

[52]​ Charadriiformes Gruiformes † Brontornithidae † Phorusrhacidae Cariamidae (seriemas) Galliformes † Dromornithidae † Gastornithidae (Gastornis) † Vegaviiformes Anhimidae † Presbyornithidae Anseranatidae Anatidae De acuerdo con Alvarenga y Höfling, los Brontornithinae incluyen a Brontornis, si bien este fue excluido en 2007 por Federico L. Agnolin y reclasificado como un ave más cercanamente relacionada con los anseriformes.

[10]​[35]​ Mesembriornis Llallawavis Procariama Psilopterus Kelenken Devincenzia Titanis Paraphysornis Andrewsornis Andalgalornis Patagornis Phorusrhacos Physornis Sin embargo, los análisis filogenéticos más recientes han encontrado poco apoyo para la presunta división en varias subfamilias.

Para este grupo, se propuso la designación temporal de "aves del terror verdaderas".

En este último grupo se incluye a Mesembriornis el cual, sin embargo, era un ave relativamente grande y pesaba unos 70 kilogramos.

Por lo pronto, a este segundo grupo se le da el término de "psilopterinos".

Por otra parte, las "aves del terror verdaderas" tienen un cráneo extremadamente sólido y rígido debido a sus huesos engrosados.

Esta característica es también observada en otras grandes aves terrestres extinguidas, por ejemplo en Gastornis o en los dromornítidos.

Pero solo los fororrácidos tienen el pico con un extremo en forma de gancho inclinado hacia abajo, lo cual indica una dieta carnívora.

[59]​ Sin embargo, el rol del desplazamiento por competencia en los linajes de depredadores suramericanos ha sido cuestionado por algunos investigadores.

Es un gran ejemplo de aves del terror que sobrevivieron hasta el Pleistoceno tardío, hace 96 040 ± 6300 años.

Imagen TAC del cráneo de P 14357, el holotipo de Andalgalornis ferox de las colecciones del Museo Field de Historia Natural .
El único registro de pisadas fósiles de fororrácidos, nombrado como Rionegrina , el cual confirma que estas aves mantenían elevado su segundo pie del suelo como las seriemas y dromeosáuridos
Cráneos comparados de forusracinos