Son aves adaptadas a la noche, aunque no tanto como las lechuzas de la familia Tytonidae.
[1] Suelen tener cabezas grandes, colas cortas, plumaje críptico y discos faciales redondos alrededor de los ojos.
La familia es generalmente arborícola (con algunas excepciones como la lechuza de madriguera) y obtienen su alimento al vuelo.
Los búhos poseen tres atributos físicos que se cree contribuyen a su capacidad de vuelo silencioso.
Los investigadores han descubierto cuatro importantes adaptaciones biológicas que permiten esta capacidad única.
Las porfirinas son más frecuentes en las plumas nuevas y se destruyen fácilmente con la luz solar.
[9] El cladograma siguiente se basa en los resultados del estudio de Salter y colaboradores publicado en 2020.
[11] Un estudio genético publicado en 2021 sugirió que el género Scotopelia podría estar incrustado dentro de Ketupa.
[12] Uroglaux dimorpha Sceloglaux albifacies† Ninox Xenoglaux loweryi Micrathene whitneyi Aegolius Heteroglaux Athene Smithiglaux Taenioglaux Surnia Glaucidium Pyrroglaux Otus Ptilopsis Nesasio Asio Psiloscops Gymnoglaux Megascops Lophostrix Pulsatrix Jubula Strix Ciccaba Bubo Nyctaetus Scotopelia Ketupa Algunos búhos tienen una tasa de supervivencia más alta y es más probable que se reproduzcan en un hábitat que contenga una mezcla de bosques antiguos y otros tipos de vegetación.
Los bosques antiguos proporcionan amplias áreas oscuras para que los búhos se escondan de los depredadores[13] Como muchos organismos, los búhos moteados dependen de los incendios forestales para crear su hábitat y proporcionar áreas para alimentarse.
Desafortunadamente, el cambio climático y la extinción intencional de incendios han alterado los hábitos naturales del fuego.
Algunos investigadores creen que los búhos pueden emplear diversas señales visuales en otras situaciones de interacción intraespecífica.
Estos búhos comen ratones y se posan en los árboles a la altura de los ojos.
[17] Tecolote es el nombre común que se le da en México a muchas especies de estrígidos, llamadas también mochuelos, autillos y cárabos.
El tecolote tiene un significado especial entre las culturas mesoamericanas, ya que al ser un ave nocturna se le relacionaba con los dioses del inframundo.