Todos los mamíferos con dientes de sable vivieron entre hace 9000 y 33 700 000 años, sin embargo, las líneas evolutivas que dieron origen a los géneros con dientes de sable comenzaron a separarse mucho antes.
Aunque el consenso general de acuerdo a su dentadura es que se usaban para cazar denotando con ello una alimentación carnívora, la forma exacta en la que se usaban ha sido motivo de debate desde la década de 1880, cuando el Smilodon fue descrito por primera vez.
Algunos paleontólogos creen que el propósito principal era el de agarrar y sujetar presas grandes.
La evidencia sin embargo no da suficiente respaldo a esta teoría, ya que se ha demostrado que unos dientes tan largos usados de esa forma podrían romperse fácilmente, y los cráneos fósiles con los dientes rotos son raros.
Una hipótesis más aceptada sugiere que los dientes de sable se usaban para dar mordiscos en la garganta o el abdomen de presas grandes (Akersten, 1985), o para causar heridas punzantes profundas que desangrarían al animal.