[1] En la actualidad existen unas cuarenta especies,[2] las mejor conocidas son las ratites (avestruz, ñandú, emú, casuario, kiwi) y los pingüinos.Aunque probablemente no fue el caso de las ratites, ya que sus orígenes evolutivos indican una procedencia continental.No existe acuerdo sobre cuándo ocurrió la división múltiple de las demás neognatas, o clado Neoaves, si antes o después del evento de extinción del límite Cretácico-Terciario cuando desaparecieron los demás dinosaurios.Se han dado casos abundantes de convergencia evolutiva que dificultan establecer el parentesco entre especies.Algunas de estas aves no voladoras sobrevivieron hasta hace apenas unos minutos, las cuales medían desde siete centímetros a unos tres metros y vivían en islas o sitios remotos.Pero estos supervivientes no eran cazadores, se alimentaban de plantas, frutos y animales pequeños como insectos.Sobrevivieron en sitios remotos, como islas, porque allí no había mamíferos que las atacaran.Desde ese periodo, al menos tres familias de gruiformes, se convirtieron en gigantescas aves no voladoras: Aptornithidae, Phorusrhacidae y Gastornithidae.Aproximadamente al mismo tiempo que América del Sur y África, se separaron.[13] Las aves más altas que hayan existido y de las cuales se tengan registros eran las moas gigantes que medían hasta 3,6 m, pesaban más de 230 kg y habitaban en Nueva Zelanda hasta, al menos, el siglo XVI.[17] Los Strigopinae son loros demasiado grandes y pesados como para volar, hoy sobrevive una única especie en peligro del género Strigops.Llegaron a convertirse durantes tres millones de años en las palomas más grandes que han existido.La familia Spheniscidae abarca al conjunto de aves marinas actualmente llamadas pingüinos.Los primeros europeos en observar estas aves del Hemisferio Sur fueron exploradores ibéricos, que las llamaron pájaros niño o pájaros bobos por su andar torpe y erguido y al ser un ave incapaz de volar.Poco más tarde, cuando los primeros británicos vieron a estos animales los llamaron Penguins (del gaélico penwyn, pen = cabeza y qwyn = blanca), que era el nombre que daban al alca gigante del Atlántico norte (Pinguinus impennis).Pasado un tiempo, los ancestros de los géneros sobrevivientes, se adaptan a diferentes nichos ecológicos.Esto da lugar al aislamiento reproductivo, y es ejemplo de especiación ecológica.Estas islas probablemente no estuvieron conectadas al continente africano cuando vivían las aves elefante.Hoy en día se considera que los fragmentos de huevo pertenecen a aves extintas norteafricanas que pudieron ser o no ratites: Eremopezus, Psammornis, o incluso Pelagornithidae, aves marinas de grandes proporciones.Es preciso recordar, de acuerdo con las numerosas muestras fósiles que poseemos, que a fines del período Cretáceo las aves terrestres tenían una distribución general sobre las tierras emergidas, donde convivían, en relativa tranquilidad, con los monotremas y los reptiles.A principios del Paleoceno, hace unos 65 millones de años, no había mamíferos carnívoros, el nicho ecológico de los predadores ya se hallaba ocupado por grupos animales aparecidos antes: grandes aves predadoras no voladoras y los reptiles modernos.El avestruz, el ñandú, el emú y otras aves similares (como la extinta moa), que desarrollaron la carrera pedestre como principal medio de locomoción, por su parte, han transformado estos miembros superiores en órganos completamente inútiles para el desplazamiento.
El
kagu
(
Rhynochetos jubatus
) es un
ave
zancuda en peligro de extinción, el único miembro de la
familia
Rhynochetidae
. Solo se encuentra en los bosques montañosos densos de
Nueva Caledonia
. Es casi no volador