El hábitat remoto y rareza de esta especie hace que sean poco conocidos sus hábitos.
Su plumaje es extraordinariamente luminoso para un ave que vive en el suelo del bosque: gris ceniza y blanco coloreado.
Sus plumas le ayudan a mantenerse seco y lo aíslan del clima tropical de Nueva Caledonia.
Posee patas y pico de un color rojo luminoso, tiene ojos grandes en la parte anterior del cráneo, que le dan visión binocular, útil para encontrar sus presas entre la hojarasca y ver en la oscuridad del bosque.
El kagú produce un rango de sonidos diferentes, la mayoría normalmente por la mañana, cada dúo dura aproximadamente 15 minutos.