Los machos adultos pueden llegar a alcanzar los 2,75 o incluso 3 metros, y pesar alrededor de 180 kg.
[4][5] Sus alas pequeñas no les permiten volar, aun así, les ayudan a impulsarse, equilibrarse al correr y como mecanismo de defensa, agitándolas para atacar a posibles depredadores.
Mientras que la mayoría de las aves tienen cuatro dedos en cada pata, el avestruz presenta tan solo dos.
Debido a las características anatómicas de la siringe del avestruz, no emite canto como si lo hacen otras aves.
La fonación emitida para ello consiste en un leve sonido ronco semejante a un bramido o descrito en ocasiones como un gruñido nasal que puede recordar al de un león.
El macho es el encargado de construir el nido,[9] que consiste en una depresión cavada en la tierra.
La nidada puede llegar a los cuarenta huevos, de los cuales probablemente solo sobrevivirán unos treinta.
[10] En la naturaleza, como animal libre y salvaje, cada hembra puede poner desde diez hasta quince huevos.
[4][11] La subespecie nominal, la única superviviente al norte del ecuador, se encuentra en serio peligro de extinción.
Incluso se le ha observado consumiendo restos de carroña abandonados por animales carnívoros.
[5] El avestruz fue descrito originalmente por el científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco Carlos Linneo en su obra Systema naturæ, bajo su actual nombre binomial.
[14] Sin embargo, su distribución sigue siendo amplia (9 800 000 km²) por lo que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y BirdLife International a tratarlo como una especie bajo preocupación menor.
[15][16][17] La palabra «avestruz» llega al español por el occitano provenzal «estrutz», que deriva del latín «struthĭo», y esta del griego «στρουθíων», abreviación de «στρουθοκάμηλος», palabra compuesta por «στρουθιο» (struthio = gorrión) y «κάμηλος» (kámēlos = camello), es decir: "gorrión (grande como un) camello".
Algunos países productores son: Sudáfrica, Namibia, Israel, Australia, Estados Unidos, Canadá, Francia, España, Gran Bretaña, Holanda, Bélgica, Alemania, Italia, Ucrania.
[5][6] La creencia generalizada de que el avestruz en presencia de un peligro esconde la cabeza bajo el suelo es falsa, lo más que llegan a hacer es bajar la cabeza a ras del suelo para pasar desapercibidos y parecer un arbusto.