[6] Unos pocos científicos continuaron apoyando la interpretación acuática incluso hasta 1830, cuando el zoólogo alemán Johann Georg Wagler sugirió que Pterodactylus usaba sus alas como aletas.
Un famoso hallazgo del Reino Unido fue un ejemplar de Dimorphodon hecho por Mary Anning, en Lyme Regis en 1828.
Muchos paleontólogos ahora creen que los pterosaurios estaban adaptados para un vuelo activo, no solamente planear como se pensaba al principio.
[9] Dos investigadores, Chris Bennett (1996) y David Peters (2000), creyeron tener pruebas de que los pterosaurios eran prolacertiformes o estaban cercanamente relacionados con estos.
Sin embargo, análisis posteriores hechos por Dave Hone y Michael Benton (2007) pudieron desmentir ese resultado.
Ellos también criticaron los estudios previos de David Peters, planteando "serias dudas" sobre los falaces métodos que él usó para situar a los pterosaurios entre los prolacertiformes.
Scaphongnathus significa «mandíbula de barca», y se cree que pudieron devorar a otros pterosaurios.
Poseían un hocico muy largo, probablemente útil para atrapar insectos en sus madrigueras, y quizás también comieran peces.
[12] Solo se conoce una especie que existiese en el momento de la gran extinción masiva del Cretácico: Quetzalcoatlus northropi.
Como en las aves actuales, los huesos eran huecos y poseían paredes muy delgadas, con el fin de ahorrar peso, lo que también se considera especialización al vuelo; en el espacio interior había un entramado de varillas óseas que aumentaba mucho la resistencia del hueso.
Primero, las alas exteriores (desde la punta hasta el codo) estaban fortalecidas por fibras poco espaciadas llamadas actinofibrillas.
[15] Las actinofibrillas mismas constaban de tres capas distintas en el ala, formando un patrón entrecruzado cuando se superponía la una a la otra.
La función real de las actinofibrillas es desconocida, así como el material preciso del que estaban hechas.
Esta membrana pudo haber incorporado a los primeros tres dedos de la mano, como se evidencia en algunos especímenes.
Finalmente, al menos algunos pterosaurios tenían una membrana que se extendía entre las piernas, posiblemente conectándose o incorporando la cola, llamada uropatagio; la extensión de esta membrana es incierta, y algunos estudios sobre Sordes parece sugerir que esta simplemente se conectaba a las patas dejando de lado a la cola (representando así un cruropatagio).
Algunos científicos, como David Unwin, han argumentado que el pteroide apuntaba hacia adelante, extendiendo la membrana delantera.
[19] Sin embargo, esta idea fue refutada en un artículo de 2007 por Chris Bennett, quien mostró que el pteroide no podía articularse de esa manera, sino que más bien apuntaba hacia el cuerpo como tradicionalmente se ha pensado.
Algunas formas avanzadas eran desdentadas (como los pteranodóntidos y los azdárquidos), aunque muchos lucían una dotación completa de dientes similares a agujas.
[32][32][33] Un estudio de la cavidad del cerebro en los pterosaurios usando rayos X reveló que estos animales (específicamente Rhamphorhynchus muensteri y Anhanguera santanae) tenían un enorme flóculo.
Las aves tienen un flóculo inusualmente grande comparado con otros animales, pero este solo ocupa entre el 1 al 2% de la masa cerebral total.
[14] El flóculo envía señales neurales que producen pequeños movimientos automáticos en los músculos de los ojos.
[34][35] Katsufumi Sato, un científico japonés, hizo cálculos usando a las aves modernas y concluyó que era imposible para un pterosaurio permanecer en el aire.
Las primeras sugerencias eran que los pterosaurios animales planeadores de sangre fría, siendo limitada su energía por las condiciones ambientales como ocurre con los lagartos modernos.
Aunque los pterosaurios azdárquidos probablemente no corrían, ellos pudieron haber sido relativamente rápidos y energéticamente eficientes.
Esto sugiere que los azdárquidos estaban bien adaptados a caminar en suelos secos y relativamente sólidos.
El huevo era aplanado y aplastado sin signos de rompimiento, por lo que poseían una cáscara blanda, como en los lagartos modernos.
Como resultado, los posibles piscívoros Ctenochasma y Rhamphorhynchus pueden haber tenido patrones de actividad similares a muchas aves marinas nocturnas, y el filtrador Pterodaustro puede haber sido como las modernas aves anseriformes que se alimentan de noche.
[56] Preondactylus Dimorphodontidae Anurognathidae Campylognathoididae Rhamphorhynchidae Pterodactyloidea (continúa abajo) Eopterosauria Dimorphodontia Campylognathoididae Rhamphorhynchidae Sordes Darwinoptera Changchengopterus Anurognathidae Germanodactylidae Pterodactylus Ardeadactylus Gallodactylidae Ctenochasmatidae Haopterus Nyctosauridae Pteranodon Hongshanopterus Lonchodectes Istiodactylidae Anhangueria Tapejaromorpha Thalassodromidae Dsungaripteridae Chaoyangopteridae Azhdarchidae Los pterosaurios han sido materia prima de la cultura popular tanto como sus primos los dinosaurios, aunque ellos no aparecen usualmente de manera prominente en películas, literatura u otras artes.
[57] El número y la diversidad de los pterosaurios en la conciencia popular tampoco es tan alta como lo ha sido históricamente para los dinosaurios.
Los pterosaurios estuvieron mayormente ausentes de cualquier aparición en películas notables hasta 2001, en Parque Jurásico III.