Dependiendo de la especie, pueden encontrarse también presentes los conos-K, sensibles a la luz azul.
En la región más interna, en la foveola (que mide en los seres humanos aproximadamente 0,33 mm de diámetro) es posible encontrar solamente conos particularmente delgados del tipo M y L. Dirigir la vista hacia un objeto supone colocar su imagen óptica en la fóvea.
Esta es la razón por la que resulta particularmente difícil, por ejemplo, leer un texto en la penumbra.
Los receptores están conectados 1:1, alcanzando la fóvea su mejor resolución, es decir la mayor nitidez visual.
Esto permite que la luz se detecte sin dispersión ni pérdida.