El género Tupandactylus contiene dos especies, ambas con grandes crestas de diferentes formas que pueden haber sido utilizadas para defenderse de depredadores, señalizar y exhibir a otros Tupandactylus, al igual que los tucanes usan sus picos brillantes para enviarse señales entre sí.
Tupandactylus se basa en el material de MCT 1622-R, un cráneo casi completo, encontrado en la Formación Santana.
Kellner y Campos consideraban que sólo T. imperator pertenecía a otro género con un nuevo nombre, creando Tupandactylus.
[5] Azhdarchidae Thalassodromeus sethi Tupuxuara deliradamus Tupuxuara leonardii Jidapterus edentus Shenzhoupterus chaoyangensis Chaoyangopterus zhangi Sinopterus jii Sinopterus dongi Huaxiapterus benxiensis Huaxiapterus corollatus Tapejara wellnhoferi Tupandactylus navigans Tupandactylus imperator Un equipo de investigación consistente en el paleontólogo Sankar Chatterjee de la Texas Tech University, el ingeniero aeronáutico Rick Lind de la Universidad de Florida, y sus estudiantes Andy Gedeon y Brian Roberts buscaron recrear las características físiscas y biológicas de este pterosaurio – piel, vasos sanguíneos, músculos, tendones, nervios, la cresta craneal, la estructura del esqueleto, etc. – para desarrollar un vehículo aéreo no tripulado que no solo vuele sino también camine y navege tal como el animal original, al que se le denominó Pterodrone.
Podían despegar rápidamente y volar largas distancias con poco esfuerzo.”[7] No obstante, la precisión de estos estudios ha sido puesta en duda.
Se ha señalado que los tapejáridos tenían alas cortas, tan dotadas para el planeo como las de las aves Galliformes, las cuales son más coherentes con adaptaciones para la vida terrestre y trepar a los árboles.