Architeuthis es un género de cefalópodos del orden Teuthida conocidos normalmente como calamares gigantes.
Se han propuesto hasta ocho especies,[2] aunque algunos grupos científicos defienden que solo existe una.
Los juveniles postlarvales han sido descubiertos en aguas superficiales de Nueva Zelanda.
Esta especie pierde los hectocotilos usados en la reproducción como en muchos otros cefalópodos.
Otro depredador conocido del calamar gigante, es el tiburón somnoliento Somniosus pacificus, en el océano Antártico, pero no se conoce si esos tiburones activamente los cazan, o son simplemente limpiadores de carcasas de calamares.
Como todos los cefalópodos, los calamares gigantes tienen órganos especiales estatocistos para sensar su orientación y movimiento en el agua.
Los cefalópodos se distinguen del resto de los invertebrados por poseer un complicado sistema visual.
Tanto los calamares como los humanos tienen ojos simples, con pupilas, iris y una retina.
[10] Los machos tienen una vida más corta que las hembras y maduran sexualmente más tempranamente, se estima que los machos viven en torno a un año y las hembras les duplican o triplican los años.
Por otro lado, los calamares son el bocado predilecto de los cachalotes, los cuales descienden hasta la zona abisal (más de 1.000 m) para hacerse con su carne, dando así origen a titánicas peleas submarinas.
Se hallaron espermatangios (espermatóforos devaginados) implantados en varias partes corporales de hembras y machos (manto, cabeza, ojos, brazos, tentáculos, cavidad sifonal y órgano terminal de un macho).
[10] Los calamares gigantes, tanto Architeuthis dux como en el Taningea danae, se caracterizan por tener un sistema reproductor bastante diferenciado de los demás cefalópodos.
Por ello poseen un órgano copulador o pene, que puede llegar a alcanzar los 85 cm de longitud en Taningea y los 78 en Architeuthis.
En el caso del Taningea, no solamente posee un órgano reproductor, fácilmente visible, por encontrarse exteriorizado, teniendo este, una longitud tan larga como los brazos.
También posee otro de similares características, aunque algo más pequeño (1/5 parte) dentro del manto.
La taxonomía del calamar gigante, como con muchos géneros de los cefalópodos, no se ha resuelto completamente.
Nauen escribieron: Kir Nazimovich Nesis (1982, 1987) considera que solo tres especies son válidas.
Por esta razón para nosotros es tóxica la carne de este cefalópodo, en cambio para el cachalote no lo es.
La existencia de estas historias se remontan a la leyenda noruega del kraken.
También se han encontrado calamares gigantes varados en Nueva Zelanda a finales del siglo XIX.
No se sabe por qué algunos calamares gigantes quedan varados en las playas, pero puede ser debido a que por la diferencia de profundidad, el agua fría donde el calamar vive está temporalmente alterada.
Aldrich utiliza este valor para explicar correctamente una varada relativamente pequeña que se produjo entre 1964 y 1966.
En 2004, un calamar gigante, que más tarde fue llamado "Archie", se capturó frente a las costas de la Islas Malvinas por un arrastrero.
Para evitar que los tentáculos se pudrieran, los científicos los cubrieron con bolsas de hielo, y el manto lo bañaron en agua.
En las profundidades de las islas Ogasawara, en el océano Pacífico, el equipo suspendió en varias ocasiones una cuerda a la que ató un cebo (potera) de calamares comunes y gambas, junto con una cámara fotográfica.
[21] El carácter esquivo del calamar gigante y su apariencia aterradora son imágenes que se han establecido firmemente en la mente humana.