Hannah Arendt

[18]​ La cuestión repugnaba a Arendt y no quería tener nada en común con esos eruditos gregarios, oportunistas o incluso entusiastas.Poco antes de su muerte sostuvo que precisamente muchos pensadores profesionales fracasaron frente al nacionalsocialismo cuando se comprometieron con el régimen.Arendt no exigía de ellos una oposición activa, sino que reconocía ya el silencio como rechazo del totalitarismo.Alemania ha destruido el tejido moral del mundo occidental en un corto período gracias a crímenes que nadie pensaba posibles.[30]​ Entre los firmantes se encontraban, además de Hannah Arendt, entre otros, Isidore Abramowitz, Albert Einstein, Sidney Hook y Stefan Wolpe.Veinte años más tarde, Arendt escribió a una amiga, la escritora norteamericana Mary McCarthy, que Israel era un ejemplo impresionante de igualdad entre las personas.[32]​ Inmediatamente después de la II Guerra Mundial, Arendt comenzó a trabajar en un extenso estudio sobre el nacionalsocialismo; en 1948 y 1949 ampliado al estalinismo.Una y otra vez demostró valor personal, por ejemplo a través de su trabajo en organizaciones judías durante el nazismo.La muy discutida expresión que Arendt empleó para referirse a Eichmann, «la banalidad del mal», acabó convirtiéndose en una frase hecha.Arendt se sentía impotente frente a la gran cantidad de personas críticas que poseían dinero, personal e influencias.Arendt echa en cara a los filósofos el que se hayan ocupado demasiado poco de la pluralidad del ser humano.Esta humanidad solo pueden alcanzarla aquellos que se atrevan a exponer su persona y su obra al «riesgo de lo público».Bajo el título de Denktagebuch, en 2002 se publicaron en Estados Unidos y Alemania las anotaciones, junto con un pequeño cuaderno sobre Kant no datado (escrito c. 1964).La obra se editó por primera vez en 1958, publicada por el Instituto Leo Baeck, con un prólogo escrito ese año en inglés, traducido del alemán.La obra se basa en cartas publicadas o inéditas, además del diario de Varnhagen, que Arendt evalúa en parte por primera vez.El ser humano singular puede, según Arendt, sobrevivir en una sociedad sin jamás trabajar o producir algo por sí mismo.En ello se valoraba el elemento de la fabricación artesana o artística por encima del pensamiento (filosófico) y la acción (política).La igualación, el conformismo en lo público lleva a que lo característico y la «particularidad» se conviertan en asuntos privados de los individuos.Según Jefferson, tras la Revolución norteamericana y la introducción de la Constitución, no hubo ninguna institución en la que el pueblo pudiera aportar algo a los asuntos públicos.En este contexto, trató toda su vida a los grandes pensadores como si fuesen contemporáneos, al igual que hiciera Jaspers.En paralelo, investiga la voluntad como una facultad interna del ser humano para decidir con qué figura quiere mostrarse al mundo fenoménico («Erscheinungswelt»).Según eso, la voluntad crea con sus proyectos la «persona», por así decirlo, que puede hacerse responsable de su carácter (su «ser» completo).Esta obra, que en la actualidad pertenece al canon de la formación política, le trajo muchos apoyos e innumerables invitaciones para conferencias.Las memorias de Eichmann,[117]​ que muestran su fuerte y sustantivo antisemitismo, todavía no estaban disponibles para Arendt cuando escribió tanto los reportajes como el libro.En los últimos años, Ralf Dahrendorf incluyó con reservas a Hannah Arendt entre los pocos pensadores humanistas independientes y libres del siglo anterior.Según sus propias palabras, al contrario que otros muchos intelectuales importantes contemporáneos, no fue nunca socialista o comunista, pero tampoco completamente sionista, ni se la podía incluir en ningún otro esquema.En la época de los postmodernos, su «pensamiento sin barandillas» individual es más bien apreciado, entre otras razones porque, como se señala a menudo, su camino vital e intelectual muestran una gran coincidencia.Desde 1995 se entrega el Premio Hannah Arendt al pensamiento político, financiado por la ciudad de Brema y la Fundación Heinrich Böll.El director hasta 2008, Gerhard Besier, controvertido por su cercanía a la cienciología, escribió en Die Welt sobre Arendt: «Pensamiento lógico, un concepto conciso, una construcción clara y madurada: estas cosas no eran su fuerte».[129]​ Wolfgang Heuer edita en Berlín el Hannah-Arendt-Newsletter con colaboraciones en alemán, inglés y a veces en francés, en la que se han publicado trabajos inéditos de Arendt.
Hannah Arendt y su madre en 1912
Hannah Arendt en 1924
Günther Stern y Hannah Arendt
Hannah y Heinrich Blücher
Hannah Arendt en 1955
Adolph Eichmann durante el juicio (1962).
Eichmann en Jerusalén página de título (1963).
Mujeres judías deportadas.
Lápida en el Bard College en Annandale-on-Hudson, Nueva York
Placa conmemorativa (2006) en la vivienda de Arendt en Heidelberg, Schlossberg 16, bajo el Castillo de Heidelberg .
Grafiti de Hannah Arendt en su lugar de nacimiento en Lindener. La imagen fue reproducida de una fotografía de Käthe Fürst y muestra el famoso retrato de la filósofa con un cigarrillo y su famosa cita «Nadie tiene derecho a obedecer».