Walter Benjamin

[1]​ Walter Benjamin nació en el Berlín del Imperio Alemán (1871-1918), en el seno de una acomodada familia de origen asquenazí, dedicada a los negocios y totalmente integrada.

Benjamin no profesaba la religiosidad ortodoxa; tampoco abrazó el sionismo político.

Para tal asociación redactó diversos escritos sobre la necesidad de una reforma educativa y cultural.

Benjamin había sido fuertemente impresionado por el suicidio de dos amigos combatientes.

[cita requerida] En 1917, se matriculó en la Universidad de Bern, allí conoció a Ernst Bloch y a Dora Sophie Pollack (1890-1964), con la que se casó más tarde.

En el 29 rompió su relación con Asja y un año después murió su madre: se vio obligado a hipotecar su herencia para pagar las exigencias de su mujer.

Fue una etapa difícil, pero su romanticismo le hizo pensar que era el inicio de una nueva vida.

Intentó conciliar el marxismo con su herencia cultural judía y con las tendencias artísticas vanguardistas.

[cita requerida] En 1932, durante la crisis anterior a la asunción al poder de Hitler, Walter Benjamin fue a la isla española de Ibiza en la que estuvo en dos ocasiones, como explica Vicente Valero en su libro Experiencia y pobreza,[4]​ que reconstruye el periodo ibicenco del escritor, enamorado de la isla, y la gran influencia que esta tuvo en su vida y en su obra.

[cita requerida] Los paisajes parisinos son una nueva teorización de la historia moderna.

[cita requerida] Estrecho colaborador de la Escuela de Fráncfort —a la que sin embargo nunca estuvo directamente asociado—, adaptó su temprana vocación por el misticismo al materialismo histórico, al que se volcó en sus últimos años, aportando una visión única en la filosofía marxista.

Como erudito literario, se caracterizó por sus traducciones de Marcel Proust y Charles Baudelaire.

Su amigo Gershom Scholem, fundador del estudio académico de la cábala y el misticismo judío, tuvo gran influencia en Benjamin.

[cita requerida] Influido por el antropólogo suizo Johann Jakob Bachofen, Benjamin acuñó el término «percepción aura», que denota la facultad estética mediante la cual la civilización puede recuperar una apreciación del mito.

Por lo tanto las especulaciones que se han tejido, y siguen tejiéndose sobre un posible asesinato, contradicen por un mero prurito de novedad o por simple morbo periodístico lo que el sentido común dice hoy e inspiró antes a los diversos autores que se han ocupado del asunto, desde Hannah Arendt hasta los editores de las Obras completas.

Es el caso del documental Quién mató a Walter Benjamin…, de David Mauas.

Con tal presupuesto el film pone en duda la teoría del suicidio y recrea la situación en la frontera dando voz a los 'anónimos' de la historia, para apuntar directamente hacia los agentes nazis en la España fascista de Franco como los asesinos del filósofo, sin brindar ninguna prueba concluyente.

No menos atrevido, un polémico artículo de Stuart Jeffries, titulado Did Stalin Killers liquidate Walter Benjamin?

Placa memoria en donde vivía Walter Benjamin en Ibiza, en imagen del 2011.
Monumento a los pasajes de Portbou
Cuadro de Paul Klee (1920), Angelus Novus . Benjamin se inspiraría en él para su tesis sobre "el ángel de la historia".