Berman falleció enfermo a los 49 años, y escribió mucho en su lecho de muerte.
Culture et traduction dans l'Allemagne romantique: Herder, Goethe, Schlegel, Novalis, Humboldt, Schleiermacher, Hölderlin.
“El traductor tiene todos los derechos, siempre que juegue limpio”: así reflexiona Berman respecto de la fidelidad o no a la letra, al final de su vida realiza una autocrítica; con lo cual deja planteada la tensión a la que se enfrenta el traductor, entre ser fiel a la letra o realizar una adaptación.
Berman estudia las teorías románticas alemanas, comparándolas con la visión clásica de la Bildung.
Los románticos se sirven de la traducción para afirmar y ampliar su lengua materna.
Las dos visiones son opuestas en muchos aspectos, pero tienen un punto en común: ambas ven a la traducción como una experiencia cultural que afecta la lengua y la identidad alemanas, y esto, a partir de la traducción de la Biblia por Martín Lutero en el siglo XVI.
La práctica traductiva se acompaña aquí de una reflexión, a veces puramente empírica o metodológica, a veces cultural y social, otras verdaderamente especulativa, sobre el sentido del acto de traducción, sobre las implicaciones lingüísticas, literarias, metafísicas, religiosas e históricas, sobre la relación entre lenguas, entre lo Mismo y lo Otro, entre lo propio y lo extranjero.
Este proyecto está desarrollado en su libro póstumo Pour une critique des traductions: John Donne (1995).
Como dijo Eugenio Coseriu: debido a los propios límites racionales de la traducción.
Metafísica es esa visión, porque consiste en buscar, más allá de la profusión de las lenguas empíricas, "el puro lenguaje" que toda lengua lleva ínsito en ella como su eco mesiánico.