Privacidad

La privacidad puede ser definida como el ámbito de la vida personal de un individuo, quien se desarrolla en un espacio reservado, el cual tiene como propósito principal mantenerse confidencial.

En el derecho continental se distingue la privacidad de la intimidad.

Según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, «privacidad» se define como:[1]​ La intimidad es algo más nuclear y se protege con mayor fuerza.

[8]​ En la mayoría de los países cuyas constituciones no describen explícitamente el derecho a la intimidad, las decisiones judiciales han interpretado que sus constituciones pretenden otorgar derechos a la intimidad.

[7]​ Más allá de las leyes nacionales sobre privacidad, existen acuerdos internacionales al respecto.

[7]​ La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico publicó sus Directrices sobre Privacidad en 1980.

[11]​ Los gobiernos también han promulgado leyes que abordan cuestiones de privacidad.

El capitalismo es un orden o sistema social y económico que se encuentra en constante movimiento, derivado del usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción, que se encuentra mayormente constituido por relaciones empresariales vinculadas a las actividades de inversión y obtención de beneficios, así como de relaciones laborales, tanto autónomas como asalariadas subordinadas libres, con fines mercantiles.

A continuación se enumeran los derechos que los ciudadanos españoles tienen para proteger sus datos personales: El Artículo 18 de la Constitución de la Nación Argentina establece:

El Código Penal Argentino sanciona ciertas conductas por violar la privacidad de las personas; estas son: La pena se agrava si el autor comunica o publica el contenido de la carta, escrito, despacho o comunicación electrónica y esto causa perjuicio.

Si el hecho lo comete un funcionario público que abusa de sus funciones, sufre además, inhabilitación.

Anuncio del servicio telefónico disponible para los delegados a la convención republicana de 1912 en Chicago. Un importante punto de venta del servicio telefónico de marcación era que era "secreto", ya que no se requería ningún operador para conectar la llamada.