Incluyendo a los 4000 deportados que sobrevivieron, el número total de supervivientes ronda los 23 000 (véase § Estadísticas).
El aspecto más conocido de Theresienstadt era su vida cultural, relativamente rica, pues incluía conciertos, conferencias y educación clandestina para los niños.
Fue utilizada como base militar por el Imperio austrohúngaro y posteriormente por la Primera República Checoslovaca tras 1918, cuando la Fortaleza Pequeña (en alemán: Kleine Festung) al otro lado del río era una prisión.
Más tarde daría cobijo también a los judíos «prominentes» cuya desaparición en un campo de exterminio podría haber atraído la atención extranjera.
[9] Una vez en el gueto, los presos eran enviados a la schleuse ('esclusa'), donde eran registrados y privados de sus posesiones restantes.
[18] Al día siguiente, las SS colgaron a nueve hombres por colar cartas fuera del gueto, hecho que causó indignación e inquietud general.
[21] Desde junio de 1942 las SS internaron en el gueto a ancianos y judíos prominentes del Reich.
[26] Los cadáveres permanecieron sin enterrar durante días y los sepultureros que llevaban ataúdes por las calles se convirtieron en una imagen común.
Los niños fueron mantenidos en estricto aislamiento por seis semanas antes de ser deportados a Auschwitz; ninguno sobrevivió.
Dos días después, el comandante Anton Burger ordenó un censo de toda la población del gueto, aproximadamente 36 000 personas en ese momento.
[57][58] Los dos primeros transportes eliminaron a todos los antiguos oficiales del Ejército checoslovaco, los cuales eran vistos como una amenaza al poder causar un levantamiento en Theresienstadt.
[c] Para noviembre solo quedaban 11 000 personas en el gueto, la mayoría de avanzada edad,[54] y un 70% mujeres.
[62][63] En 1945, unos 5200 judíos componentes de matrimonios mixtos con «arios», que habían sido previamente protegidos, fueron deportados al gueto.
Los buses blancos, organizados en cooperación con la Cruz Roja suiza, repatriaron a los 423 judíos daneses supervivientes.
[82] En su estudio pionero Theresienstadt, 1941-45, la lista que H. G. Adler hace de todos los departamentos y subdepartamentos ocupaba 22 páginas.
[87] Los individuos poderosos intentaron, a menudo con éxito, impedir que sus amigos fueran deportados, hecho conocido por el resto de prisioneros.
[58] La desproporcionada influencia de los checos sionistas en la administración les permitió obtener los mejores trabajos y evitar la deportación.
[101] Si bien la educación estaba prohibida, los profesores continuaban la enseñanza clandestina de asignaturas básicas, entre las cuales se encontraban Checo, Alemán, Historia, Geografía y Matemáticas.
Unos pocos prisioneros, especialmente aquellos con contactos, lograron obtener cubículos privados (en checo: kumbál) en los áticos de los barracones.
[110] Muchas mujeres trabajaban como amas de casa, enfermeras, cocineras o jardineras —siempre en posiciones bajas—.
[52] Los prisioneros no estaban sometidos a las típicas reglas de la censura nazi y la prohibición del «arte degenerado».
Posteriormente las actividades serían promocionadas por la administración judía y organizadas por el Freizeitgestaltung ('Departamento de Tiempo Libre', FZG),[113] dirigido por Otto Zucker.
[21] El departamento de Zucker tenía numerosos artistas a los que proporcionar mecenazgo oficial.
[117][118] Se impartieron al menos 2309 conferencias en diversas materias (judaísmo, sionismo, arte, música, ciencia, economía...), lo que llevó a describir el gueto como una «universidad abierta».
[50][122] Los Ghetto Swingers tocaban música jazz,[123] y Viktor Ullmann compuso más de veinte piezas durante su estancia en Theresienstadt, incluyendo la ópera Der Kaiser von Atlantis.
[123] Solo los prisioneros más importantes podían obtener entradas para los eventos, por lo que asistir a actuaciones teatrales y musicales se convirtió en símbolo de prestigio.
[112] Los creyentes, mayormente judíos ancianos de Austria y Alemania, se reunían con frecuencia en lugares improvisados para rezar durante el sabbat.
[131][132] Se desconoce hasta qué punto el Comité consideró elaborar un informe veraz sobre Theresienstadt,[133] dado que tenía acceso a información independiente donde se confirmaba el transporte de los prisioneros a Auschwitz para su exterminio.
[134] Los visitantes estuvieron ocho horas dentro de Theresienstadt, conducidos por una ruta predefinida,[136] pudiendo hablar solo con judíos daneses y representantes escogidos, como Paul Eppstein.
La mayoría procedía sólo de cinco ciudades: Praga (40 000), Viena (15 000), Berlín (13 500), Brno (9000) y Fráncfort (4000).