Casi siempre la encefalitis está asociada a una meningitis,[3] de manera que los dos síndromes, encefalitis y meningitis, forman un espectro continuo (meningoencefalitis) provocado por los mismos virus, aunque algunos virus pueden tener preferencia por alguna de estas localizaciones.
[4] Algunos tipos se pueden prevenir con vacunas[4] El tratamiento puede incluir medicamentos antivirales (como el aciclovir), anticonvulsivos y corticosteroides.
[2] En 2015, se estimó que la encefalitis afectó a 4,3 millones de personas y provocó 150 000 muertes en todo el mundo.
[6][7] La encefalitis puede provocar alguno de los siguientes síntomas como: Todos estos síntomas son debidos a lesiones focales o difusas de la sustancia gris o sustancia blanca del sistema nervioso central.
[12] Puede estar causada por una infección bacterianal, como la meningitis bacteriana,[13] o puede ser una complicación de una enfermedad infecciosa actual como la sífilis (encefalitis secundaria).
La presentación clínica suele incluir desorientación, desinhibición, pérdida de memoria, convulsiones y anomalías del comportamiento.
Algunos fármacos como la isoniazida, la pirazinamida, el linezolid, el metronidazol, el fluconazol y algunas fluoroquinolonas tienen una buena penetración en la barrera hematoencefálica.
[20] La inmunoglobulina intravenosa para la encefalitis japonesa no pareció tener ningún beneficio en comparación con el tratamiento con placebo.