El ejército prusiano terminó por intervenir en distintos Estados alemanes para sofocar las Revoluciones.
En Viena Metternich tuvo que huir a Inglaterra y la corte se trasladó a un lugar más seguro, Innsbruck, mientras se producían levantamientos nacionalistas por todo el Imperio, pero el 31 de octubre el ejército austríaco lograba ocupar la capital, desatando una fuerte represión, y poco después el emperador Fernando I abdicaba a favor de su sobrino Francisco José.
En Berlín los rebeldes ―entre el 5 y el 18 de marzo se alzaron barricadas en las calles y el 19 de marzo la intervención del ejército provocó más de 200 muertos― consiguieron que el rey se comprometiera a crear una Asamblea Nacional Prusiana que debía elaborar una Constitución para Prusia ―también se formó un nuevo gobierno encabezado por el liberal moderado renano Gottfried Ludolf Camphausen― pero el 1 de noviembre, siguiendo el ejemplo austríaco, el ejército prusiano impuso el orden por la fuerza y un mes después el rey disolvía la Asamblea Nacional Prusiana.
[12] Para presidir la Asamblea fue elegido Heinrich von Gagern, quien nombró como "regente imperial" (Reichsverwesser) a Juan de Habsburgo, sin haber consultado a los príncipes, y formó un gobierno central provisional.
Sólo una minoría propugnaba la formación de una república federal similar a Estados Unidos.
La jefatura del Estado sería desempeñada por un emperador, que compartiría el gobierno con el Reichstag.
Este invadió Dinamarca pero tuvo que retirarse enseguida ante las protestas y la amenaza de intervención de las potencias europeas ―Gran Bretaña envió una flota al mar del Norte y el Imperio Ruso movilizó su ejército en la frontera con Prusia, mientras que los embajadores franceses intervenían ante los diferentes gobiernos alemanes―.
[14] En Prusia el acuerdo entre liberales y conservadores se selló con la promulgación por el rey de una Constitución muy moderada.