[4] Hannah Arendt es el retrato de la filósofa alemana, en un momento crucial para su carrera y vida.
Ella cubrió para The New Yorker el juicio del exnazi Adolf Eichmann.
Al observar el juicio, queda impresionada por lo ordinario y mediocre que parece Eichmann; pues ella esperaba a alguien aterrador, un monstruo.
Cuando finalmente su material es publicado, se crea inmediatamente una enorme controversia, dando lugar a llamadas telefónicas amenazadoras y un enfrentamiento con su viejo amigo, Hans Jonas.
Eichmann era un hombre que renunció a todas las cualidades de la personalidad, demostrando que el gran mal fue cometido por un "don nadie" sin motivos o intenciones; lo cual Arendt nombra como "la banalidad del Mal".
[11] El juicio era controvertido desde un principio; se había capturado al acusado en Argentina y el proceso sería llevado a cabo en Jerusalén, originando un caso ilegal, puesto que representaba espionaje del gobierno en territorio ajeno.
A pesar de la ilegalidad del juicio, es ejecutado porque la sociedad mundial aún se encontraba resentida por el holocausto.
Estos acontecimientos marcaron para siempre su existencia, siendo los temas más importantes para ella hasta el día de su muerte.
[13] Se emplea material original del juicio, un elemento que brinda credibilidad en la trama y enriquece visualmente la película.
Herramienta utilizada con un manejo puntual, usada únicamente cuando Eichmann habla en el juicio y cuando hablan en contra de él los sobrevivientes del holocausto; además, se aplica como si fuera visto a través de una televisión, manejo que brinda veracidad al elemento.