Aristóteles dividió los medios de persuasión en tres categorías: la credibilidad de la fuente (Ethos), las apelaciones emocionales o motivacionales (Pathos) y la lógica utilizada para respaldar una afirmación (Logos).
Según Aristóteles, el término Ethos tiene dos componentes clave: confianza y competencia.
Otras dimensiones secundarias son el dinamismo o carisma de la fuente y la atracción física que genera en medios de comunicación que transmiten la imagen del emisor.
Por otro lado, incluso un testigo creíble puede no ser capaz de proporcionar un testimonio confiable (es decir, una declaración precisa, completa y libre de contradicciones), por ejemplo, sobre un evento que ocurrió hace muchos años.
En particular, la credibilidad indica la creencia de que los anuncios del adversario se harán efectivamente realidad.
[4] Otra propuesta teórica es el Marco Unificador de la Credibilidad (Brian Hilligoss y Soo Young Rieh, 2008).