El silencio ayuda en pausas reflexivas que sirven para tener más claridad de los actos.
En la música, por ejemplo, sin silencio las canciones serían muy rápidas y no habría tiempo para que respirara quien la está interpretando.
Generalmente, el silencio sirve de pausa reflexiva tras una comunicación, para ayudar a valorar el mensaje.
Más allá de la simple puntuación, el silencio puede utilizarse con una intención dramática, puesto que el silencio revaloriza los sonidos anteriores y posteriores.
El silencio debe estar en muchos aspectos para proveer de belleza y comprensión profunda de las cosas, por ejemplo: en la música, en la comunicación, en nuestro ser.