La condición humana (obra de Hannah Arendt)

Arendt está interesada en la vita activa (vida activa) en contraste con la vita contemplativa (vida contemplativa) y critica que el debate haya relativizado ambos modos de vida y nos haya cegado al respecto de ideas importantes sobre la vita activa y la forma en que se ha desarrollado.Arendt distingue tres tipos de actividad, propias de la vida activa que son "trabajo", "labor" y "acción" y analiza cómo se han visto afectados por los cambios en la historia occidental.Lo propio de lo privado no era la intimidad, como lo es en los tiempos modernos, sino la necesidad biológica.De ahí que Arendt sea crítica con la privatización del espacio público.Este ámbito se ha encargado de satisfacer las necesidades biológicas, pero lo hace a nivel del Estado.Arendt afirma que su distinción entre labor y trabajo ha sido ignorada por los filósofos a lo largo de la historia, aunque se ha conservado en muchas lenguas europeas.Sus frutos no duran mucho; se consumen rápidamente y siempre hay que producir más.En la época contemporánea, no sólo los esclavos, sino que todo el mundo ha llegado a ser definido por su trabajo: tenemos empleos y debemos realizarlos para satisfacer nuestras necesidades.[5]​ En este sentido, la preocupación de Arendt estriba en que, si la automatización nos permitiera liberarnos del trabajo, la libertad no tendría sentido para nosotros sin el contraste con la necesidad inútil que proporciona el trabajo.[9]​ La acción es el medio por el cual nos distinguimos de los demás como seres únicos e inintercambiables.Los griegos pensaban en la polis como un lugar donde las personas libres podían vivir juntas para actuar.En la teoría del autor, el rey filósofo produce la duradera obra de legislación, y el pueblo trabaja bajo sus órdenes.