Primera República española

[4]​(Suiza y Estados Unidos reconocerán a la república de manera temprana, después se unirán otros países).

[17]​ La ruptura interna del partido entre «benevolentes» e «intransigentes» se produjo en el marco de la III Asamblea federal celebrada en 1872.

Con todo ello, Ruiz Zorrilla pretendía ganar tiempo, pero fue desautorizado por su propio ministro de Estado, Cristino Martos,[26]​ cuando este dijo a la Cámara que, en cuanto llegara la renuncia formal del rey, el poder sería de las Cortes y «aquí no habrá dinastía ni monarquía posible, aquí no hay otra cosa posible que la República».

Por su parte el general Serrano dijo que continuaría las «gestiones» con Nicolás María Rivero, presidente del Congreso de los Diputados, por si «los consideraba necesarios».

[77]​ Para hacer frente a las necesidades inmediatas del Ejército, envuelto en dos guerras (la de Cuba y la carlista), se organizaron ochenta batallones francos, con 600 hombres cada uno.

[92]​ El republicano «moderado» Miguel Morayta y Sagrario, cercano a Emilio Castelar, explicó así años después lo sucedido:[93]​

[97]​ Los republicanos federales entendieron el Dictamen y la respuesta dada a Figueras como una declaración de guerra.

Votados definitivamente estos proyectos, nombrarán las actuales Cortes una Comisión de su seno que las represente y suspenderán luego sus sesiones.

Los disturbios que hemos presenciado de ocho días acá la debilitan, conmociones más serias la matarían».

«El desorden, la anarquía, la emancipación en que las corporaciones de algunas provincias y los ciudadanos federales en otras se declaran respecto del Gobierno no hacen sino ir en aumento», decía a continuación.

[115]​ En la mañana del día 23 se reunió la Comisión Permanente con los miembros del Gobierno excepto Pi y Margal, que permaneció en el Ministerio de la Gobernación y cuya primera medida había sido obligar al alcalde Madrid a que dimitiera sustituyéndolo por el republicano federal Pedro Bernardo Orcasitas.

[132]​[133]​ Como ha indicado Alejandro Nieto, «los enemigos del Gobierno (y más todavía los del régimen, claro es) comprendieron que el mayor daño que podían hacerle era un retraimiento electoral, o sea, abstención sistemática de los partidos aunque dejando abierta la puerta a participaciones a título personal...

El 29 de junio el Centro Republicano Federal Español creaba «un comité de salud pública que [se] sobrepusiese al gobierno y a la Asamblea, cuyos acuerdos no tendrán para nada en cuenta» y que estaba presidido por Roque Barcia.

[177]​ El diputado de «centrista» Díaz Quintero, partidario del acercamiento a los «intransigentes», criticó duramente la propuesta porque, según él, se pretendía establecer «una especie de dictadura ilimitada» y lanzó una advertencia: cuando «se coartan los derechos individuales, hay derecho a la insurrección; vosotros lo habéis dicho».

En cuanto al poder judicial, se establecía el jurado para todo tipo de delitos.

Después, la de «indicar una división territorial, que basada en la historia, asegurase la Federación y con ella la unidad nacional».

[195]​ Inmediatamente varios diputados y agentes «intransigentes» partieron de Madrid para alentar la sublevación en diferentes provincias.

El nuevo presidente del Poder Ejecutivo Nicolás Salmerón era un «moderado» que defendía la transición gradual hacia la república federal.

[226]​ El mismo Pi y Margall así lo constató meses después de haber perdido el gobierno: «A mi caída, era natural no solo que la insurrección creciera, sino también que se me tomara como pretexto para legitimarla y difundirla».

Además, movilizó a los reservistas, aumentó la Guardia Civil con 30 000 hombres y nombró delegados del Gobierno en las provincias con las mismas atribuciones que el Ejecutivo.

En uno de sus discursos ante la Cámara Castelar había dicho: «Quiero probar que la autoridad es compatible con la República, y el orden con la libertad», única política posible porque «la Europa entera nos mira con desconfianza».

En su discurso acusó a Castelar de haber abandonado la «política republicana: se ha roto la órbita trazada por los principios del partido republicano de tal manera, que ya en la situación no sólo predominan, sino que lo son todo las fuerzas conservadoras».

Dos ayudantes suyos le entregaron una nota a Salmerón, presidente de las Cortes, que decía: «Desaloje el local».

[311]​[312]​ Estos hechos supusieron el final de facto de la Primera República, aunque oficialmente continuaría casi otro año más, con el general Serrano al frente; «nominalmente la República continuaba pero completamente desnaturalizada», afirma José Barón Fernández.

Entonces, al asumir la presidencia del Poder Ejecutivo de la República y la presidencia del Gobierno, se fijó como objetivo acabar con la rebelión cantonal y la guerra carlista, para luego convocar unas Cortes que decidieran la forma de gobierno.

Entre los conservadores la persona que más se distinguió en su ataque a la República (Federal) fue Marcelino Menéndez y Pelayo, quien en su Historia de los heterodoxos españoles escribió:[335]​[336]​

[337]​ Esta percepción era compartida por la mayoría de los republicanos, aunque «con ello, contribuyeron, sin buscarlo, a los discursos que deslegitimaban la república per se, no solo la del 73».

«No es que vayamos a establecer conclusiones radicalmente opuestas a las que ya tenemos, pero sí podemos entender mejor el desarrollo del republicanismo en 1873 y apreciar asimismo mejor los rasgos de continuidad con el período siguiente», concluía Díez Cano.

En efecto, según Nieto, «la Primera República fue una experiencia política frustrada (como la Segunda, sesenta años más tarde, aunque por diferentes motivos)» ―«todo se arruinó en unos meses y del caos resultante no surgió nada», pág.

No la «destruyeron sus enemigos exteriores ―los monárquicos carlistas y alfonsinos― sino que se destrozaron mutuamente ellos mismos [los dos bandos republicanos: “benevolentes” e “intransigentes”]» (pág.

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Dibujo alegórico de Tomás Padró publicado en La Flaca el 6 de marzo de 1873 que representa, elevada sobre un pedestal con la fecha del 11 de febrero de 1873, a la República recién proclamada como una matrona vestida con túnica clásica y el gorro frigio de la libertad. Levanta en su mano izquierda la balanza de la justicia y en la derecha sostiene las tablas de la ley en las que aparece el acrónimo "R. F." rodeado de una corona de laurel . Junta a ella el gallo que representa la tradición republicana francesa y el triángulo de la equidad con el lema "Libertad, Igualdad, Fraternidad". En los laterales y al fondo fondo varios elementos que representan el progreso, la ciencia, las artes, el comercio y el trabajo. En el cielo se dibuja la bandera de España en forma de arco iris. [ 23 ] [ 24 ]
Multitud agolpada frente al Palacio de las Cortes , mientras se gestaba la proclamación de la República en el interior del edificio.
Grabado de la proclamación de la República por la Asamblea Nacional, en La Ilustración Española y Americana , 16 de febrero de 1873.
Proclamación de la República en las calles de Madrid la noche del 11 de febrero, dibujo de Vierge en Le Monde Illustré .
Caricatura de Tomás Padró publicada en la revista satírica La Flaca el 28 de marzo de 1873. Muestra el apoyo a la República española por parte de las repúblicas —Suiza, Estados Unidos y Francia— y el rechazo de las monarquías y los imperios. A la derecha de la alegoría de la República aparecen Francisco Pi y Margall y Emilio Castelar .
Retrato de Estanislao Figueras , primer presidente del Poder Ejecutivo de la I República.
Caricatura de la revista satírica La Flaca , del 3 de marzo de 1873, sobre la pugna entre los radicales, que defienden la república unitaria, y los republicanos federales, que defienden la federal. Y también sobre la pugna entre los federales «transigentes» e «intransigentes».
Jornada del 24 de febrero en el Congreso de los Diputados , en Le Monde Illustré .
Grabado sobre un dibujo de José Luis Pellicer publicado el 24 de febrero por La Ilustración Española y Americana , que muestra la colocación de una bandera roja en la estatua de Mendizábal .
Concentración del 21 de febrero en la plaza de San Jaime de soldados y civiles exigiendo la proclamación del «Estado Catalán» dentro de la República Federal Española. Al fondo la fachada de la Diputación Provincial de Barcelona .
Tropas sublevadas en la plaza de toros de Madrid , 23 de abril de 1873.
Madrid, 23 de abril de 1873: Emilio Castelar defiende la salida del Congreso de la Comisión Permanente. Grabado de La Ilustración Española y Americana , 1 de mayo de 1873. Según el relato de El Imparcial , «el Sr. Castelar se dio a conocer exigiendo que se les dejara libre el paso (per no fue escuchado). Entonces se adelantó a todos y colocándose enfrente de los que apuntaban, presentó su pecho diciendo: Matadme a mí si queréis, pero no toquéis a los que vienen conmigo».
Pi y Margall accede a la presidencia del Poder Ejecutivo el 11 junio de 1873 (dibujo de Vierge ).
Retrato de Francisco Pi y Margall , segundo presidente del Poder Ejecutivo de la República.
Fotografía en la que aparece Francisco Savalls , jefe de las fuerzas carlistas en Cataluña, junto con su Estado Mayor ( Le Monde Illustré , 22 de marzo de 1873).
Estados de la Nación Española propuestos en el proyecto de Constitución Federal de 1873. Nótese que el mapa no refleja la República en su conjunto, pues esta incluía, además, la Capitanía General de Filipinas y ciertos territorios en África. Solo se muestran las regiones que, de haber entrado en vigor la Carta Magna, se hubiesen constituido como Estados federados de pleno derecho.
Caricatura de la revista satírica La Flaca en la que aparece en el centro un Pi y Margall medio dormido desbordado por el cantonalismo , representado por figuras infantiles ataviadas con los distintos trajes regionales. En cambio a su derecha Emilio Castelar consigue imponer el orden señalando con un puntero los valores por los que se deben regir: UNIDAD, ORDEN, PATRIOTISMO, MORALIDAD... En la esquina inferior izquierda un Nicolás Salmerón ensimismado permanece ajeno a lo que está sucediendo.
Nicolás Salmerón Alonso , tercer presidente del Poder Ejecutivo de la República.
Focos de la sublevación cantonal (sobre las fronteras autonómicas actuales). Aunque aparecen en el mapa, en las localidades de Toro , Jumilla , [ 222 ] [ 223 ] Loja , y Jerez de la Frontera no está documentado que allí se proclamaran cantones. En Écija el cantón no llegó a proclamarse por la rápida intervención del capitán general Domingo Ripoll . [ 224 ] ​ En el caso de Alcoy, no fue una insurrección cantonal sino una insurrección obrera «internacionalista» dirigida por la FRE-AIT . Faltarían en el mapa las localidades de Arjona y Linares , donde sí se proclamaron cantones.
Bandera cantonal.
Grabado que reproduce la batalla de Alpens del 9 de julio de 1873 en la que los carlistas derrotaron a las fuerzas gubernamentales. La noticia causó una honda conmoción entre los republicanos federales catalanes.
Caricatura de la revista La Flaca titulada "Escenas de familia". En el centro aparece un Nicolás Salmerón meditando (en la mano derecha sostiene un libro titulado Filosofía de Krause ) que es reprendido por una señora que representa a España, mientras unos niños alborotan a sus pies sin que este les diga nada (son los líderes del cantón de Cartagena : Roque Barcia , el general Juan Contreras y Antonete Gálvez ). A su derecha Emilio Castelar intenta sujetar a una niña rebelde que representa a la República.
Emilio Castelar , cuarto presidente del Poder Ejecutivo de la Primera República española.
Caricatura de Tomás Padró Pedret publicada en La Madeja Política el 8 de noviembre de 1873, con el título "En el siglo del progreso - no siempre matar las luces - es señal de retroceso". Aparece Emilio Castelar , tocado con el gorro frigio (símbolo de la República), apagando dos cirios que representan la guerra carlista y la rebelión cantonal. Colgando del cinturón lleva la llave del Congreso cuyas sesiones se han suspendido a propuesta suya. Al fondo la flota cantonal bombardeando la costa, siendo respondida por la artillería gubernamental.
General Manuel Pavía .
Eduardo Palanca Asensi , el candidato de los republicanos federales para sustituir a Emilio Castelar , cuya elección fue impedida por el golpe de Pavía.
Entrada de las tropas de Manuel Pavía en el Congreso de los Diputados el 3 de enero de 1874.
Memorable batalla de Pavía , caricatura del golpe de Estado de Pavía, en La Madeja Política , n.º 13 (24 de enero de 1874). Dibujo de Tomás Padró Pedret .
Retrato del general Serrano , último presidente de la I República, desde enero hasta diciembre de 1874.
Caricatura de Tomás Padró publicada en La Flaca en 1874 titulada "De Alcolea a Sagunto. Pasando por diversos puntos...". Muestra las diversas etapas que se vivieron en España desde la Revolución de 1868 (" Alcolea ") hasta el pronunciamiento de Martínez Campos (" Sagunto "), para volver finalmente al principio: la restauración en diciembre de 1874 de la monarquía de los Borbones destronada en septiembre de 1868. Aparecen de izquierda a derecha: los tres militares que encabezaron la "Revolución Gloriosa" (los generales Prim y Serrano y el almirante Topete , este ondeando la bandera de España con el lema "Viva España con honra"); el regente Serrano ; el rey Amadeo I (a sus pies asoman sus cabezas Manuel Ruiz Zorrilla y Cristino Martos ); los cuatro presidentes del Poder Ejecutivo de la Primera República Española ( Estanislao Figueras , Francisco Pi y Margall , Nicolás Salmerón y Emilio Castelar ); el general Manuel Pavía cuyo golpe de Estado dio paso a la República unitaria de 1874 (aparece la silueta de Sagasta ); y finalmente, asomando su cabeza tras el escudo monárquico, el general Martínez Campos .