Desde el Paleolítico Inferior se conocen restos de ocupación humana en Montilla, al igual que en toda la Campiña, como lo atestiguan los útiles sobre lasca y los bifaces encontrados.
Hasta 1711 no se reconoce el derecho de los vecinos para erigir libremente hornos y molinos.
Este siglo fue tumultuoso: Se vivieron diversos enfrentamientos, contra los franceses en la Guerra de Independencia española o entre absolutistas y liberales.
Desde este momento Montilla fue un importante núcleo republicano, con un claro reflejo de esta tendencia en las elecciones municipales.
La posguerra fue especialmente dura, se estima que en el año 1939 había alrededor de 400 montillanos en distintos penales.
[13] Montilla se caracteriza por tener un clima semicontinental mediterráneo, con veranos cálidos, largos y secos e inviernos cortos.
La casa señorial del siglo XIX está ordenada en torno a dos núcleos diferenciados, comunicados mediante un jardín.
Vivió en esta casa junto con su señora hasta su muerte, pasando luego la propiedad a manos de su sobrino Ángel Sisternes.
Varios centenares no aparecen en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español, por lo que han de estimarse, provisionalmente, como únicos.
El ingreso al complejo conventual se efectuaba por una portada de piedra arenisca, adosada a la cerca.
Cabe destacar que fue el único templo parroquial de Montilla hasta finales del siglo XIX.
La parroquia consta de tres naves separadas por arcos apuntados, que en su día llevaron techumbres artesonadas en madera, conservándose aún algunos restos bajo las actuales bóvedas.
La iglesia presenta planta de cruz latina con capillas laterales comunicadas entre sí que forman naves menores.
Fue costeada por la duquesa de Medinaceli en 1699, aunque tiene elementos, particularmente ornamentales, que delatan una fecha más avanzada del siglo XVIII.
En 1525 María Jesús de Luna inició una pequeña comunidad en el convento, formada por ocho religiosas y tres profesas más.
Cuenta con una portada gótico-plateresca y una puerta con artesonado mudéjar, así como un retablo mayor churrigueresco (siglo XVIII).
Tiene nave y cabecera cuadrada con magníficos artesonados mudéjares, que en el presbiterio ofrece una disposición ochavada, salvándose las esquinas con especie de veneras rizadas.
Este convento está declarado Monumento Histórico Nacional y en su interior alberga importantes obras de arte.
Las monjas de clausura elaboran exquisitos dulces que se pueden adquirir a través del torno conventual.
El convento, de estilo toscano, se erigió sobre una antigua mezquita en la primera mitad del siglo XVI.
La decoración se remata con otros retablos menores diseminados por los laterales, como la Dolorosa, obra de (Duque Cornejo, siglo XVIII).
Tras la recuperación del Santuario en 1983, esta capilla continuó abierta al culto, aunque en una reforma posterior vería reducidas sus dimensiones, perdiendo una de las dos alas que la conformaban originariamente.
Construido sobre una antigua nave industrial rehabilitada, Envidarte combina en un mismo espacio colecciones permanentes(referidas a la cultura del vino) con exposiciones temporales de diferente temática.
Además, se han realizado rutas por estos puntos de agua para también dar a conocer su importancia.
Cuenta con monumentos al Gran Capitán y a san Francisco Solano, así como árboles centenarios.
Con la última remodelación se introdujeron plantas autóctonas como encinas, algarrobos, espino albar y madroños, entre otros.
En Montilla existen cinco centros que imparten la educación secundaria obligatoria, los dos primeros públicos y el resto, concertados.
Este día se celebra especialmente en los colegios montillanos, donde los niños llevan sus roscas para que les sean bendecidas.
Marcha nocturna en bicicleta a finales de agosto y que se desarrolla bajo la luna llena.
Podrán participar todas las personas que lo deseen, sin discriminación de sexo ni edad, siempre y cuando estén correctamente inscritas, tanto en tiempo como en forma.