Fernando Primo de Rivera

[4]​ Vuelto a España de Filipinas en 1883, su figura marcó a su joven sobrino Miguel Primo de Rivera, que vio en él un modelo de éxito a imitar.

[5]​ En 1897 fue nombrado de nuevo capitán general en las islas, en sustitución de Camilo García de Polavieja,[2]​ donde consiguió empujar a las montañas a las tropas de Emilio Aguinaldo, con quien firmó en 1897 el Pacto de Biak-na-Bato, por el que el insurgente filipino se comprometía a exiliarse en Hong Kong.

[6]​[2]​ En 1898, durante su estancia en Filipinas, se le otorgó la gran cruz Laureada de San Fernando[6]​ de quinta clase pensionada con 10 000 pesetas.

[7]​ En abril de 1898 sería relevado en el cargo y sustituido por Basilio Augustín y Dávila.

[10]​ El entierro tuvo lugar al día siguiente en la Sacramental de San Isidro y a él acudieron personalidades como Antonio Maura, el conde de Romanones, Valeriano Weyler, Joaquín Milans del Bosch, José Bascarán y Federic, su sobrino Miguel Primo de Rivera, Diego Arias de Miranda o Manuel de Burgos y Mazo.

Caricaturizado en 1897 por Mecachis en relación con su papel durante la insurrección filipina.