En 1875 publicó las Cartas de Julián Sanz del Río a su padre.
Fundó con Antonio Peña y Goñi una revista de polémica, La Crítica, que alcanzó enorme éxito.
Ejerció también como crítico literario en la Revista Contemporánea; allí además defendió a los periodistas demócratas y republicanos.
Fue un activo publicista y un crítico con frecuencia amigo de la polémica; entre los personajes con que sostuvo contiendas intelectuales estuvieron Leopoldo Alas, "Clarín", Marcelino Menéndez Pelayo y Emilia Pardo Bazán.
Expuso sus ideas estéticas, entre otras obras, en Principios de literatura general (1872).