Eduardo Benot

La más enérgica recomendación médica es la de no coger ningún libro: sólo le permite dibujar para no aburrirse (sin duda debía demostrar el enfermo un excesivo interés por la lectura, para provocar una prohibición tan extrema).

Y es que desde muy joven Eduardo Benot mostró una inteligencia precoz, que cultivó con ahínco y esmero: así, a los catorce años ya escribía artículos periodísticos de carácter político en su Cádiz natal, en concreto en El Defensor del Pueblo.

Entre las facetas que sobresalen en la intensa vida del personaje destaca su pasión por la enseñanza.

Más tarde habrá de ser rector del mismo (1852-1868) e incluso su propietario.

En 1851 fundó en Cádiz una humorísticamente llamada Sociedad de la Juventud Perpetua, a causa de que quienes la formaban habían traspuesto los treinta y cinco años salvo acaso Benot, que contaba entonces veintinueve.

Asimismo, y según ha explicado Juan Antonio Fierro Cubiella en su monografía La electricidad en la ciudad de Cádiz: apuntes para su historia (1862-2008), siendo director del Colegio San Felipe Neri trabajó con el entonces alcalde de Cádiz, Juan Valverde, para traer por primera vez la luz eléctrica a Cádiz, lo que aconteció en 1862.

Pero el Benot estudioso, científico y literato no pudo nunca ocultar su inquietud hacia la política, a la que consideró un instrumento de transformación social.

Después del golpe de Pavía que puso fin a la Primera República se exilió en Lisboa donde mantuvo estrechos contactos con republicanos españoles, franceses y portugueses, hasta que el gobierno luso lo expulsó de su territorio por lo que regresó a Madrid; en tal época el Partido Republicano se había escindido en dos corrientes, incorporándose él a la federalista.

A la muerte de Pi y Margall (1901) fue elegido presidente del Partido Republicano Federal.

En este sentido fue un adelantado en preconizar lo que después se denominó la Escuela única, esto es, la necesidad de unificación del plan de enseñanza que, según Benot, debería comenzar a los tres años y extenderse hasta los dieciséis, edad en que se habría de aprender un oficio o iniciar estudios universitarios.

Se distinguió especialmente por sus obras filológicas y fue un gran estudioso de la métrica castellana.

Sus ideas gramaticales están fundadas en una concepción racionalista y casi matemática del idioma como expresión exclusivamente lógica del pensamiento humano, con un fondo de coincidencias estructurales entre todas las lenguas que justifica la existencia de una Gramática general.

Gramática filosófica de la lengua castellana (1910) tropezó con el patrón sintáctico Sé a lo que vienes, señalando que la preposición no aparece, como sería de esperar, ante el pronombre relativo, sino que se coloca delante del antecedente, contraviniendo los principios sintácticos más básicos.

Benot caricaturizado en Madrid Cómico (por Moya )
Entierro de Benot
Tumba de Benot en el cementerio civil de Madrid