Víctor Balaguer

Su obra lírica catalana se recogió en Lo Trobador de Montserrat (1861), este había sido su seudónimo al publicar su primera poesía, en 1857, y en Esperances i records (1866), que abarca los temas religiosos y amorosos, estos últimos de ardoroso sensualismo romántico, que hacen pensar en el modernismo a lo Darío o a lo Rueda.

Por este camino del Romanticismo, se tropieza, indefectiblemente, con las reminiscencias de otros autores.

Por una parte, implica desbordamiento y entusiasmo, por otra, revela una personalidad enteca demasiado permeable a diversas influencias.

Mientras que para la crítica moderna catalana, el papel más importante de Balaguer radica en este incontenible entusiasmo en la promoción cultural y poética del renacimiento catalán, para otra, más clásica, su valor estriba en El Trovador de Montserrat, que «es todo Balaguer» (Maragall).

Esta debilidad impresionista, cimentada en su actitud romántica, aparece con más nitidez en sus Obras históricas y críticas.

Los frailes y sus conventos (1851), puede aún suministrar noticias sobre las órdenes monásticas españolas.

Buen amigo del editor y senador Antonio Bergnes de Las Casas, propietario del periódico El Vapor donde se publicó la Oda a la Patria de Aribau y que se considera el inicio de la Renaixença, se conserva un archivo epistolar entre ambos.

En 1884 funda la Biblioteca Museo Víctor Balaguer, donándola a la ciudad de Villanueva y Geltrú.

En castellano: En catalán: En este campo no hizo descubrimientos documentales ni fue muy crítico en su investigación histórica, en la que a menudo añadía también leyendas.

Sus primeros textos estrictamente historiográficos los hizo en 1852 para participar en unas conferencias que trataban las " bellezas" de la historia catalana.

Mucho después, el éxito del libro hizo necesaria una segunda edición en 1885 en una Historia de Cataluña.

Este proyecto fue adoptado en buena medida, pero con modificaciones y cambios de localización que rompieron la lógica urbana (por ejemplo, las calles con los nombres de los territorios acabaron separados en dos bloques).

Posteriormente, durante la dictadura, algunos de estos nombres fueron quitados y no fueron recuperados hasta la democracia.

Víctor Balaguer
Busto de Víctor Balaguer en el parque de la Ciudadela de Barcelona.
Las calles de Barcelona , de Víctor Balaguer (1865).
Balaguer en un dibujo de Joaquín Diéguez