Abolición de la esclavitud en España

La abolición definitiva de la esclavitud en el imperio colonial español llegó sesenta años después.

De esta forma, como ha subrayado Eduardo Galván Rodríguez, «España es la última potencia occidental que abole la esclavitud».

También le influyó el caso del liberto negro Pedro Carmona de Puerto Rico que había sido vuelto a vender como esclavo junto a su esposa y al que ayudó a presentar un recurso ante el Consejo de Indias por esas mismas fechas —y pagó la fianza para que pudiera salir de la prisión al haber sido declarado «esclavo fugitivo»—.

Francisco José de Jaca escribió Resolución sobre la libertad, obra en la que deslegitimaba la esclavitud porque el hombre era libre por naturaleza.

Moirans, por su parte, escribió Servi liberi en la que asimismo defendió la libertad de los esclavos ―«Todos los hombres son libres», afirmó―.

Ambos fueron deportados y llevados ante el Consejo de Indias que les prohibió volver a América.

[14]​[15]​ José Antonio Piqueras ha llamado la atención sobre «la práctica inexistencia de un pensamiento antiesclavista en España entre los siglos XVI y XIX», lo que contrasta con lo que sucede en otros países europeos en los empiezan a proliferar, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, las obras que impugnan la esclavitud y la trata atlántica.

Ese plan abolicionista, de extinción gradual, llevaría entre 60 y 70 años verlo reconocido».

En el artículo 3.1. se establecía que «son españoles todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las España», por lo que se reconocía implícitamente la existencia de hombres y mujeres no libres.

Este artículo ha sido calificado por José Antonio Piqueras como «gesto miserable de conmiseración».

Francisco Arango ―que se había quedado a vivir en España y Fernando VII lo había nombrado miembro del Consejo de Indias― consiguió que la entrada en vigor del acuerdo con Inglaterra se retrasara hasta 1820.

Además los esclavos aprehendidos en las expediciones que fueran descubiertas serían declarados libres inmediatamente.

[45]​ En 1845 las Cortes aprobaron una nueva ley para eliminar la trata que, según José Antonio Piqueras, resultó «tan inútil como la de diez años antes».

[43]​ Durante esos años se formó en Cuba un grupo contrario a la trata integrado por jóvenes acomodados encabezados por el erudito de origen dominicano Domingo del Monte.

El Ingenio o las delicias del campo, aunque no se publicaría hasta 1880.

La novela se basaba en la autobiografía del esclavo Juan Francisco Manzano, poeta autodidacta, a quien Del Monte había alentado a escribirla tras comprar su libertad, y cuya primera parte fue traducida al inglés por el cónsul británico y publicada en Londres en 1840.

[48]​ Otra novela antiesclavista que también tardó mucho tiempo en ser publicada ―Nueva York, 1882― fue Cecilia Valdés.

Escrita por Cirilo Villaverde en 1839, está considerada como una obra cumbre de la literatura cubana del siglo XIX.

En cuanto a la esclavitud abogaba por una abolición gradual e indemnizada y acordada con los propietarios, para que tuvieran tiempo para adaptarse al trabajo libre.

En este contexto se produjo la autorización por parte del gobierno español para que pudiera constituirse la Sociedad Abolicionista Española, pero con la prohibición expresa de que pudiera instalarse en las provincias de Ultramar, donde pervivía el sistema esclavista.

[27]​[52]​ En 1866 el gobierno moderado del general Narváez promulgó un decreto-ley, convalidado por las Cortes al año siguiente, que pretendía poner fin definitivamente a la trata, hasta entonces tolerada.

Se imponían duras penas a los negreros y, lo que resultó más eficaz, se ordenó levantar un censo de los esclavos y liberar a partir de entonces a los que no figuraran en él, «con lo que la trata recibía un herida certera», según Juan Antonio Piqueras, en un momento en que la intervención y la vigilancia de la flota estadounidense en el Atlántico, unida a la británica, había hecho cada vez más difícil y arriesgado el comercio negrero.

A su vez Estados Unidos presionaba en sentido contrario al gobierno provisional español presidido por el general Prim amenazando con reconocer a los sublevados si no se aprobaba la abolición de la esclavitud.

Previamente había leído un anuncio publicado en Cuba ―reproducido por El Abolicionista― que causó una gran conmoción en la Cámara:[62]​

[68]​ La medida afectaba a 29 335 esclavos, un número muy inferior al de los que existían en Cuba.

Los esclavos quedaron obligados a contratarse con sus antiguos dueños durante un período mínimo de tres años.

[73]​ En los meses siguientes la República se propuso abolir también la esclavitud en Cuba, pero la medida nunca llegó a aprobarse debido a la inestabilidad del régimen y a su corta duración ―lo intentaron los ministros de Ultramar Santiago Soler y Pla, bajo la presidencia de Emilio Castelar, y Víctor Balaguer, bajo la «dictadura de Serrano»―.

«La disposición resultaba de difícil cumplimiento, pues ni siguiera se había otorgado la libertad a los esclavos que lucharon en el bando realista, tal como lo había determinado el artículo tercero de la ley Moret.

Con todos estos cambios la Unión Constitucional declaró en agosto de 1880 que aceptaba el sistema del «patronato».

Eso fue lo que posibilitó que un nuevo gobierno liberal presidido por Sagasta, formado tras la muerte del rey Alfonso XII en noviembre de 1885, aprobara adelantar en dos años el final del «patronato», previsto para 1888, y cuya pervivencia suponía un lastre para las relaciones internacionales de España, el único país europeo que todavía mantenía la esclavitud en uno de sus dominios.

Cartel de la función extraordinaria del Teatro Novedades de Madrid dedicada a la Sociedad Abolicionista Española con el anuncio del estreno de Romper cadenas , drama en tres actos de Luis Blanc presentado el 14 de enero de 1873. Biblioteca Nacional de España .
Esclavo morisco a la moda de 1568. Grabado coloreado a la acuarela del Recueil des habillements de différentes nations, ancienes et modernes... , Londres, Thomas Jefferys, 1757.
Fray Bartolomé de Las Casas , que en el último tercio de su vida también condenó la esclavitud de los negros por «ser tan injusto el cautiverio de los negros como el de los indios ».
Estatua dedicada a Isidoro de Antillón y Marzo , pionero en la defensa de la abolición de la esclavitud, en su pueblo natal Santa Eulalia del Campo ( provincia de Teruel ).
Retrato de Agustín Argüelles , diputado de las Cortes de Cádiz que presentó una propuesta para la abolición del «infame» comercio de esclavos .
Retrato de Francisco de Arango y Parreño que fue el autor de la representación presentada por el cabildo de La Habana a favor de la pervivencia de la esclavitud y de la trata .
Retrato de José María Blanco White de 1812, cuando ya se había exiliado en Inglaterra. En 1814 publicó en Londres una obra en contra de la esclavitud y de la trata titulada Bosquejo del comercio de esclavos y reflexiones sobre el tráfico considerado moral, política y cristianamente .
Illustración del Harper's Weekly (1868) sobre la esclavitud en Cuba. Representa una escena en la que unos esclavos atan a una escalera a otro para que sea «interrogado» por el amo, que porta un látigo .
Miguel Ramos Arizpe , diputado novohispano de las Cortes del Trienio Liberal que presentó una propuesta para recuperar las iniciativas de Guridi y de Argüelles de 1811 para abolir el comercio de esclavos africanos .
Retrato del conde de Toreno que presentó en las Cortes del Trienio un proyecto de ley para abolir la trata atlántica , en cumplimiento del tratado acordado con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda en 1817. Cuando ocupó la presidencia del gobierno en 1835 renovó el tratado con los británicos, dando nacimiento a la figura del «emancipado», un liberto que estaba sometido a unas condiciones similares a las del esclavo.
Esclava cubana.
Esclavo doméstico a caballo conduciendo un carruaje en Cuba (hacia 1850).
Vista general del ingenio azucarero Acana en 1857.
Casa del calderas del ingenio azucarero El Progreso en 1857.
Anuncio publicado en la prensa de La Habana , en 1839. Bajo el epígrafe Venta de animales se incluye la venta de una «negra criolla, joven, sana y sin tachas» y de un «hermoso caballo». Más abajo «SE ALQUILAN POSESIONES para viviendas. Negras para el servicio de casa. Negros para peones y todo tipo de trabajos y se dan negritos para jugar con niños». A continuación se venden «SANGUIJUELAS superiores acabadas de llegar de la península».
Fotografía de Julio Vizcarrondo fundador y principal impulsor de la Sociedad Abolicionista Española , autorizada por el gobierno en 1865.
Carlos Manuel de Céspedes . Encabezó la rebelión independentista cubana que dio inicio a la Guerra de los Diez Años y presidió la rebelde Asamblea de Guáimaro que aprobó la abolición de la esclavitud en la isla.
Segismundo Moret (en 1881), miembro de la Sociedad Abolicionista Española y promotor de la ley que lleva su nombre , primer paso para la abolición de la esclavitud en las colonias españolas.
Emilio Castelar (en 1870), miembro de la Sociedad Abolicionista Española , pronunció un resonante discurso en las Cortes en contra de la esclavitud de los negros africanos y en defensa de la Ley Moret .
Manifestación en Madrid a favor de la abolición de la esclavitud (1873).
Rafael María de Labra Cadrana , activo abolicionista hispano-cubano. Consiguió que las Cortes no aprobaran el «patronato» para los esclavos de Puerto Rico , liberados por la ley de 22 de marzo de 1873.
El general Arsenio Martínez Campos . La Paz de Zanjón acordada por Martínez Campos con los líderes insurgentes abrió el camino para la abolición de la esclavitud en Cuba.
Salvador Albacete , ministro de Ultramar en el gobierno de Martínez Campos, fue el encargado de elaborar el proyecto de ley de abolición de la esclavitud en Cuba, que sería aprobado con modificaciones en febrero de 1880, ya bajo el gobierno de Antonio Cánovas del Castillo .
Esclavos trabajando en una plantación de caña de azúcar en Cuba.
Esclavas cubanas, probablemente «patrocinadas», en la década de 1880.