Según algunos historiadores estadounidenses, la ley se inspiró en las formas de manumisión ocurridas en Estados Unidos, como que, por ejemplo, ciertos esclavos predilectos recibiesen antes la libertad con ciertas condiciones.
A su vez Estados Unidos presionaba en sentido contrario al gobierno provisional español presidido por el general Prim amenazando con reconocer a los sublevados si no se aprobaba la abolición de la esclavitud.
[9] Romero Robledo llegó a decir que las condiciones de los esclavos en las colonias la «envidian los trabajadores libres» y que abolir la esclavitud «¿no es entregar al puñal del asesino la raza blanca?».
Previamente había leído un anuncio publicado en Cuba ―reproducido por El Abolicionista― que causó una gran conmoción en la Cámara:[11]
No obstante, el grueso poblacional negro (aproximadamente unas 227 000 personas) continuó sumido en la esclavitud.