El comercio de esclavos es denominado «Maafa» por académicos modernos africanos y afroestadounidenses, término que significa «holocausto» o «gran desastre» en suajili, un idioma del África oriental.
El Imperio portugués fue el primero en participar en el comercio de esclavos para el Nuevo Mundo en el siglo XVI y pronto siguieron otros.
Los primeros africanos llevados a las colonias inglesas fueron clasificados como "sirvientes contratados" y también como "aprendices de por vida".
Utilizando las Islas Canarias como base naval, los europeos, en ese momento principalmente comerciantes portugueses, comenzaron a trasladar sus actividades por la costa occidental de África, realizando redadas en las que capturaban esclavos para luego venderlos en el Mediterráneo.
[35] "El comercio pacífico se convirtió en la norma en toda la costa africana", aunque hubo algunas raras excepciones en las que los actos de agresión desembocaron en violencia.
[7] En el siglo XV, sin embargo, los nuevos desarrollos tecnológicos europeos permitieron la construcción de buques mejor preparados para enfrentarse a la altamar y esas corrientes, lo que hacía posible los viajes por el océano Atlántico.
Al lograrlo, los mercantes europeos entraron en contacto con las sociedades en la costa oeste de África y en América con quienes nunca antes habían tenido relación.
Tal y como Elikia M’bokolo escribió en Le Monde diplomatique, «el continente africano fue sangrado de sus recursos humanos por todas las rutas posibles.
Junto con esto, también capturaron a los nativos canarios, los guanches, para utilizarlos como esclavos tanto en las islas como en todo el Mediterráneo cristiano.
[14] Utilizando las Islas Canarias como base naval, los europeos, en aquel momento principalmente comerciantes portugueses, comenzaron a desplazar sus actividades por la costa occidental de África, realizando incursiones en las que se capturaban esclavos para su posterior venta en el Mediterráneo.
[17] Los historiadores han debatido ampliamente la naturaleza de la relación entre estos reinos africanos y los comerciantes europeos.
El historiador guyanés Walter Rodney (1972) ha argumentado que se trataba de una relación desigual, en la que los africanos se veían obligados a realizar un comercio "colonial" con los europeos, más desarrollados económicamente, intercambiando materias primas y recursos humanos (es decir, esclavos) por productos manufacturados.
El segundo sistema atlántico se refiere al tráfico de africanos esclavizados realizado mayoritariamente por comerciantes británicos, portugueses, franceses y holandeses desde el siglo XVII.
En algunos casos, como el de las islas del Caribe, las guerras y enfermedades como la viruela eliminaron a los indígenas completamente.
España prácticamente no comerciaba con esclavos hasta 1810, tras las rebeliones e independencias de sus territorios americanos o virreinatos.
El tercer y último lado del triángulo lo forma el regreso de bienes a Europa desde América.