Su período en el cargo (1974-1976) ocupó la mayor y última parte del ciclo histórico denominado «tercer peronismo» (1973-1976).[6] Radicada en 1961 en Madrid, España, debido al exilio de su esposo Juan Domingo Perón, fue designada como su delegada personal en la Argentina en dos ocasiones.En 1952 es convocada por el empresario español Emilio Redondo para incorporarla a su cuerpo de baile, realizando durante dos años giras por distintas provincias argentinas, tales como Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe.Existen también numerosas versiones sobre cómo y cuándo Martínez conoció a Perón de manera formal.Una segunda versión estableció que, luego de enterarse de su presencia en un espectáculo que presentó, la propia Martínez se acercó a Perón por su cuenta y le solicitó un trabajo, almorzando con él y luego recibiendo un cuarto dentro del mismo departamento.[50] Era además miembro reciente de la logia masónica ANAEL y se lo apodaba «El Brujo» por su afición al esoterismo.En esta ocasión fue recibida por una multitudinaria concentración en el aeropuerto, con numerosos periodistas intentando entrevistarla y manifestantes entonando cánticos peronistas.Al asumir Cámpora recrudecieron las pujas y enfrentamientos de los sectores que con enfoques ideológicos divergentes convivían dentro del justicialismo.Brasil, Paraguay y Bolivia ya tenían regímenes similares desde hacía varios años atrás, apoyados por los Estados Unidos por su marcado signo anticomunista, a través del Plan Cóndor.Once días más tarde, el misionero Juan Manuel Irrazábal y su vicegobernador, César Napoleón Ayrault, murieron en un sorpresivo accidente de avión, dejando la provincia en un prolongado interinato.[99] Durante su mandato se habían tomado medidas contra el latifundio y permitió la filmación de la película «La Patagonia rebelde» en territorio santacruceño.[114] Montoneros también mantenía un pequeño núcleo en Tucumán, con alrededor de treinta combatientes, que aumentarían a cien al año siguiente.[116] Si bien el Operativo incluyó una serie de combates militares en el área rural con los grupos guerrilleros, la acción militar se concentró en las ciudades, reprimiendo a los civiles que militaban en organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles, religiosas y sociales, consideradas en forma genérica como elementos «de izquierda».[122] Martínez de Perón realizó discursos defendiendo la represión contra las organizaciones guerrilleras, alegando que ponían en peligro la paz social.[87] Sin embargo, en los primeros meses posteriores a la muerte de Perón el pacto social se derrumbó rápidamente.[135] Al mismo tiempo, la crisis destruyó la legitimidad política de López Rega y el sector del peronismo que le respondía.Para fin de año el déficit público llegó al 12,4% y todos los indicadores sociales se deterioraban en forma acelerada.[141] Esta relación con la prensa y les medios de comunicación había comenzado durante el gobierno del general Perón.[180] Los treinta y nueve ministros en las distintas carteras que Martínez de Perón tuvo durante su mandato fueron hombres.[182] El gobierno exhibió durante este período una postura marcadamente antiabortista, calificando la lucha feminista por la legalización del aborto o el divorcio vincular como una combinación de «intereses no argentinos» que buscaban «destruir a la familia» y «amenazar la maternidad como función natural de la mujer».Argentina enfrió las relaciones con aquellos países cuyos gobiernos eran considerados «izquierdistas» por Estados Unidos (Cuba, México, Perú y Venezuela).Aunque sus asistentes de prensa describen sus dificultades como una gripe, ella sufre un grave cuadro nervioso y necesita frecuente sedación fuerte.[197][198] El Ministro del Interior, Ángel Federico Robledo, afirmó en cadena nacional: «Un conflicto institucional, relativo a la conducción del arma aérea, ha sido aprovechado por un reducido grupo de oficiales retirados y civiles para convertirlo en un conato subversivo, que no encontró eco ni en las Fuerzas Armadas ni en el pueblo».[192] Nuevas presiones para forzar su dimisión, también fallidas, se dieron el 17 de febrero del mismo año.[252] Instalada en Madrid, España, la expresidenta adoptó un perfil bajo y rechazó reuniones con otros políticos exiliados, como Carlos Saúl Menem o Deolindo Bittel.[261] Ese mismo mes, la expresidenta fue invitada por el gobierno radical para participar en conversaciones políticas con la oposición justicialista, en calidad de presidenta del partido.[263] Durante su visita espetó «¡No me atosiguéis!» a un grupo de periodistas que la rodeaban al momento de su llegada, frase que sería frecuentemente parodiada y remarcada por la prensa debido a su fuerte acento español, muy diferente al acento argentino.Allí se instaló en su nueva casa en la que vive con una mujer a cargo de cuidarla y un chófer.En el marco del aniversario número 50° del fallecimiento de su esposo y de su asunción a la presidencia, el papa Francisco le envió un saludo en video a Isabel Perón, expresando que la recuerda siempre y que reza por ella.Durante la restauración de la democracia, la controversia en torno a su papel durante la experiencia constitucional previa es ampliamente tenida en cuenta como un factor preponderante en los problemas internos y externos que llevaron al Partido Justicialista a perder las elecciones presidenciales de 1983.
Martínez de Perón y Perón en las calles de
Madrid
,
España
, alrededor de 1961.
Isabel Perón baja del avión Hércules T C 64 que sobrevoló durante dos horas la
base Marambio
sin poder aterrizar por el mal tiempo y debió bajar en la base aérea de
Río Gallegos
. 10/12/1974.
Armas de María Estela Martínez como dama de la Real Orden de Isabel la Católica.
La expresidenta argentina, Isabel Perón, (Primera a la izquierda de la imagen) invitada especial a la jura de la
nueva constitución nacional
el 24 de agosto de 1994. El presidente
Carlos Menem
en el centro de la imagen con la banda presidencial y el bastón de mando. Palacio San José de Concepción del Uruguay (Entre Ríos).