Masacre de Ezeiza

Los sindicalistas agrupados en la CGT, alineados con la figura personal del expresidente Juan Domingo Perón derrocado en 1955 también se propusieron llenar el acto con sus partidarios.Cinco personas asumieron la responsabilidad de organizar la movilización: José Ignacio Rucci, Lorenzo Miguel, Juan Manuel Abal Medina (padre), Norma Kennedy y Jorge Manuel Osinde.El Hogar Escuela forma un triángulo agudo con el puente El Trébol y el Hospital de Ezeiza, en el centro del barrio Esteban Echeverría, lo que la convertía en una posición estratégica para controlar la zona.[5]​ Hombres armados del sector sindical ocuparon el palco y sus inmediaciones, en tanto los movimientos se coordinaban a través de la red de comunicaciones del Automóvil Club Argentino y sus radios móviles montadas en los vehículos de auxilio mecánico coordinados por el general Miguel Ángel Iñíguez.Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo acentuó su polaridad, y esta radicalización transformó a sus seguidores, quienes durante el exilio del líder tenían en la repatriación un objetivo en común, el «Operativo Retorno» embanderado en el luche y vuelve que adornaba las fachadas de la Argentina mediante pintadas.[1]​[7]​ La Columna Sur de la Juventud Peronista quedó encerrada entre los tiros que partían del palco y los que provenían del Hogar Escuela "Santa Teresa", donde también se habían ubicado sectores de la derecha peronista.El cineasta Leonardo Favio, designado para ser el conductor del acto ocupó un lugar central en el palco; varias veces usó el micrófono para lanzar consignas y acusaciones que le indicaban los jefes de la banda del palco.En algún momento se dirigió al Hotel de Ezeiza, donde los parapoliciales retenían personas a quienes estaban torturando y, llorando, los amenazó con hablar y contar todo si no paraban con la masacre.[10]​ Edgardo Suárez, el locutor del acto, alternaba con Favio los llamados a la tranquilidad.[11]​ «Yo ya estoy amortizado», fueron las primeras palabras que pronunció Perón tras los sucesos de Ezeiza.
La jornada se saldó con 13 muertos y una cantidad indeterminada de heridos.