Realizó sus estudios primarios en las escuelas públicas de Llambi Campbell y Alcorta,[4] donde cursó hasta quinto grado.
[3][5] Cuando aún era adolescente, su padre abandonó a la familia y él migró con su madre hacia la ciudad de Rosario.
El triunfo peronista provocó un nuevo golpe de Estado cívico-militar esta vez contra Frondizi, que también fue encarcelado y proscripto.
Perón consideró entonces que Vandor era "el enemigo principal" y se movió para neutralizar la intención del líder metalúrgico.
Rucci, profundamente disgustado, renunció al sindicato, vendió su casa y se dispuso a trabajar como taxista.
Para ello consiguió empleo en la empresa Protto Hermanos, que aceptó concederle poco tiempo después licencia gremial sin goce de sueldo.
[58] En 1970 el sindicalismo peronista estaba dividido en seis sectores:[59] Las distintas corrientes llegaron a un acuerdo para presentar una lista única.
[82] En Tucumán, la huelga de la CGT confluyó con un conflicto estudiantil y se generalizó en una pueblada que tomó la ciudad, conocida como Segundo Tucumanazo.
[89] Mientras tanto, Córdoba era un polvorín, en cuyo centro estaba un sindicalismo radicalizado, con un fuerte sector marxista, un movimiento estudiantil movilizado y una considerable presencia de las organizaciones guerrilleras.
El célebre boxeador estadounidense era también un militante del movimiento antirracista y acérrimo opositor a la guerra de Vietnam, razón por la cual había sido condenado por desertor.
Alí respondió emocionado abrazando a Rucci y diciendo "Eso no existe en ninguna parte del mundo".
Primero desmontó el acuerdo entre Paladino y Lorenzo Miguel, encomendándole a Rucci la reorganización de las 62 Organizaciones.
Rucci y Lorenzo Miguel, apoyados en el poderío de la UOM, por entonces la organización sindical más grande del país, realizaron una alianza táctica con el grupo participacionista liderado por Rogelio Coria (vinculado al plan de Lanusse), aislando así a "Los 8" y los combativos.
[121] A comienzos de abril se produjo un levantamiento popular en Mendoza -conocido como Mendozazo-, liderado por la CGT local, en el curso del cual fueron asesinados dos manifestantes.
[143] Como conducción se eligió un Secretariado Ejecutivo Nacional, integrado por Rogelio Coria (construcción), Lorenzo Miguel (metalúrgicos), Néstor Carrasco (frigorífico de la Torre) y Casildo Herrera.
Ese mismo día el líder justicialista publicó en todos los diarios argentinos una solicitada dirigida «A los compañeros peronistas», confirmando su vuelta y la fecha.
Al salir y ante toda la prensa nacional e internacional allí presente, ambos líderes se abrazaron en la puerta de la casa.
Ambos resistieron la decisión: Rucci especialmente, pretendía que si Perón no podía ser candidato, entonces debía serlo Antonio Cafiero, muy cercano al líder cegetista.
Tosco reivindicó el marxismo y la lucha de clases, pero reconociendo las raíces peronistas del socialismo argentino.
[197] La transición fue sumamente tensa y en varias oportunidades el traspaso del poder a los civiles estuvo en peligro.
Las tensiones entre los sectores juveniles y sindicales, aunque controladas por la necesidad de mantener la unidad frente a las segundas vueltas en muchos distritos, fueron en aumento.
Hasta último momento intentó concretar la fórmula Perón-Balbín,[214] de unidad peronista-radical, que pudiera lograr la "reconciliación nacional".
El asesinato fue cometido en pleno día, frente a gran cantidad de testigos, incluyendo las personas que acompañaban al líder sindical.
Antiguos miembros del peronismo revolucionario se distanciaron de la conducción montonera y surgió la JP Lealtad, también impulsada por el Padre Mugica.
Según el exdiputado nacional Julio Bárbaro: "Los Montoneros eligieron un símbolo de la lealtad a Perón y lo mataron para demostrar poder.
Pienso en lo que Rucci me dijera una tarde en la CGT: ´Mi error fue no irme inmediatamente después del retorno´ (de Perón)".
Según otras fuentes, el atentado fue ejecutado por siete "oficiales" de la organización armada, entre los que se encontraban Eduardo Tomás Miguel Molinete (alias el “Gallego Guillermo”), Horacio Antonio Arrúe (“Pablo Cristiano”), hijo de un legislador justicialista, y Marcelo Daniel Kurlat, (“Monra”).
En dos libros publicados en fecha reciente, dos principales dirigentes de Montoneros, Mario Firmenich y Roberto Perdía, niegan la autoría del hecho.
[233][234] Mario Firmenich afirmó en una entrevista, que "no hubo jamás un comunicado de Montoneros diciendo: nosotros matamos a Rucci".
Según la denuncia cobraron la indemnización alegando que Rucci había sido asesinado por la Triple A o la dictadura, no por grupos civiles como Montoneros.