[5] Presumiblemente, Alemania lideró y se responsabilizó de gran parte de la expansión durante el siglo XI por este peligroso noroeste, apareciendo así nuevos reinos cristianos: Dinamarca, Noruega, Suecia, Polonia, Bohemia y Hungría.
[5] Bizancio conformaría otra frontera, que establecía en el siglo X el horizonte de la Cristiandad latina en Venecia y el Adriático.
El dominio mediterráneo mahometano sobre las islas de Mallorca, Córcega, Cerdeña, Sicilia y Malta[5] constituiría un peligro inicial durante el siglo X.
[5] Consecuentemente, podríamos trazar un límite con el Islam más abierto que el bizantino, más dúctil y permeable que constituiría, si bien no un horizonte rígido, un escenario de intercambio de influencias respetando las distancias culturales.
En consecuencia, el ámbito geográfico de la Cristiandad occidental a comienzos del siglo XIII comprendería aquel donde el cristianismo latino había echado raíces.
[7] Trascendental fue el papel del monacato, basado en la regla de San Benito, que se extendió por toda Europa occidental gracias a los monjes irlandeses, el renacimiento carolingio, la reforma cluniacense y las peregrinaciones a Roma y Santiago (camino de Santiago).
Las Cruzadas impusieron la presencia de efímeros reinos latinos en Oriente; y en Occidente fijaron ideológicamente la figura social del miles Christi (caballero cristiano).
El protagonismo inicial, además de en la Corona (que basaba sus "justos títulos" en las bulas alejandrinas que le otorgaban la soberanía y el patronato regio sobre el Nuevo Mundo), recayó en algunas órdenes religiosas católicas (principalmente dominicos, franciscanos y jesuitas).
El cristianismo en India es muy complejo e incluye ramas orientales, anteriores a la llegada de los europeos.
[34] Laplace replicó que "explica en efecto todo, pero no permite predecir nada" (Cette hypothèse, sire, explique en effet tout, mais ne permet de prédire rien.
[35] La ciencia moderna parecía poner en retirada el concepto de Dios al hacerlo innecesario para explicar el mundo, o al menos restringiendo esa necesidad a los espacios residuales y menguantes que dejaba la ciencia en su avance: el llamado "dios de los huecos" (dieu bouche-trou).
Como respuesta al "mundo moderno", y particularmente al impacto de la primera revolución industrial en las clases populares (la llamada "cuestión social"), se fueron produciendo desde finales del siglo XIX diversas adaptaciones institucionales, pastorales y doctrinales en la Iglesia católica (doctrina social de la Iglesia).
La presencia confesional de unas u otras Iglesias cristianas en distintos movimientos sociales del siglo XX ha sido significativa en algunos casos (pacifismo, Kirchenkampf durante el nazismo,[39] movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, lucha contra el apartheid en Sudáfrica, Kirchliche Opposition al sistema comunista de la RDA,[40] etc.).