Nació en Alençon y era miembro de una familia burguesa, fundó el diario Le Pére Duchesne (1790), el cual acabó dos años después por representar a los intereses revolucionarios más radicales.
Tras la muerte de Jean-Paul Marat, su ideología tiende a radicalizarse cada vez más.
Los días del 4 y 5 de septiembre de 1793, donde los sans-culottes invaden la Convención y le imponen la aplicación del Terror, son un éxito personal para Hébert.
Impulsó la campaña de descristianización y del nuevo culto a la razón revolucionaria.
Su descontento con Robespierre se acentuó cuando este último decretó la libertad de culto sobre el ateísmo.