Búsqueda del Jesús histórico

Si bien se había llevado a cabo un análisis textual de las fuentes bíblicas durante siglos, estas búsquedas introdujeron nuevos métodos y técnicas específicas para establecer la validez histórica de sus conclusiones.

[12]​[13]​ Existen atributos superpuestos entre los retratos, y mientras que ciertos estudiosos pueden ponerse de acuerdo sobre algunos atributos, esos mismos eruditos pueden diferir en otros, y no hay un retrato unificado del Jesús histórico que satisfaga a la mayoría de los estudiosos.

Algunas de ellas eran puramente sensacionalistas: no se produjeron debido a los nuevos datos que habían aparecido, sino debido a que algunas personas leían e interpretaban los evangelios de nuevas maneras.

[1]​ Andreas J. Köstenberger afirma que en muchos casos estas historias retratan a Jesús «como un misionero en sí», en lugar de una figura judía del siglo I.

[23]​[24]​ El libro fue traducido al inglés por George Houston, y publicado en 1799 y después en 1813, por lo cual Houston (quien confesó ser el autor) fue condenado por blasfemia a dos años de prisión.

[25]​ David Strauss (1808-1874) quien, a la edad de 27 años, fue pionero en la búsqueda del «Jesús histórico» al rechazar todos los eventos sobrenaturales como elaboraciones míticas.

Tuvo mucho éxito y gozó de ocho reimpresiones en tres meses.

[1]​ Renan fusionó las narraciones de los Evangelios con sus propias interpretaciones psicológicas, por ejemplo que Jesús predicó una «dulce teología del amor» en Galilea, pero se convirtió en un revolucionario una vez que se encontró con el establishment en Jerusalén.

Bauer (1809-1882) fue el primer teólogo académico que afirmó la no historicidad de Jesús.

Desde la aparición de su Christusmythe en 1909 el tema se ha mantenido ante el público por medio de debates que tuvieron lugar en varios lugares, sobre todo en algunos centros universitarios importantes, como Jena, Marburgo, Giessen, Leipzig, Berlín».

[41]​ Zahl compara la primera búsqueda con la expedición de Scott a la Antártida, y afirma que la primera misión terminó como un desastre total, lo que frenó los esfuerzos académicos para proseguir la investigación sobre el Jesús histórico.

[18]​ Dale Allison afirma que otra investigación se llevó a cabo durante la fase llamada «no búsqueda», y el progreso era continuo cada año, excepto en 1919 cuando un nuevo libro académico de Jesús fue publicado.

[23]​ Maurice Casey afirma que, aunque pueda parecer al principio razonable llamar a esto un período de «no búsqueda», esa caracterización no es exacta y en este período se hizo otro significativo progreso, por ejemplo, el trabajo de H. B. Streeter sobre la prioridad de Marcos y la fuente Q afectó a las investigaciones posteriores.

Bultmann también fue partidario del estudio de las tradiciones orales que transmiten los evangelios.

[44]​ Bultmann argumentó que la literatura cristiana más antigua mostraba poco interés en lugares específicos y que el estudio de Jesús a través de un análisis histórico no era solamente imposible, sino innecesario.

[44]​[47]​ Käsemann avanzó a la postura de que, si bien los evangelios pueden ser interpretados con fines teológicos, aun así contienen memorias históricas que pueden proporcionar información acerca de Jesús.

[46]​[51]​ Mientras que el bautismo de Jesús en sí puede ser un evento histórico, la presencia de la paloma y la voz del cielo pueden ser embellecimientos posteriores al suceso inicial.

[3]​ En 1992, N. T. Wright acuñó el término «tercera búsqueda» para referirse a estos nuevos enfoques.

[11]​ Las muchas diferencias de énfasis entre las interpretaciones principales en la tercera búsqueda pueden agruparse con base en varias interpretaciones primarias de Jesús como un profeta apocalíptico, un curador carismático, un filósofo cínico, un Mesías judío o un profeta del cambio social.

[67]​ Sin embargo, no posee fundamentos infalibles para todos los investigadores,[68]​ e incluso se han propuesto paradigmas interpretativos alternativos.

[72]​ Por otra parte, destaca los tintes ideológicos de esta clasificación, donde la tercera superaría a las dos anteriores.

A su modo de ver, esta distinción en tres etapas es útil sólo para entender algunos rasgos internos de la historiografía sobre Jesús alemana y estadounidense, pero olvida todas las contribuciones italianas, francesas, españolas, etc., que se han realizado al respecto.

Esta distinción en tres etapas, por lo tanto, buscaría poner en un primer plano cierto tipo de historiografía, cuya prioridad y supuesta «novedad» no es más que una interpretación interesada.

Según Bermejo las afirmaciones de este esquema están construidas sobre bases arbitrarias y son refutadas por la evidencia literaria.

Además, plantea la cuestión de si el paradigma dominante en esta investigación sobre la búsqueda del Jesús histórico (Leben-Jesu-Forschung) es un constructo cuyo propósito (inconsciente o no) es servir a determinados intereses ideológicos.

Albert Schweitzer , quien en su libro La Búsqueda del Jesús Histórico , acuñó el término. [ 17 ]
Ernest Renan , cuyo libro fue uno de las más populares Vidas de Jesús . [ 1 ]
El criterio de dificultad , desarrollado durante la segunda búsqueda, fue aplicado al bautismo de Jesús (pintura de Juan Fernández Navarrete , c. 1567). [ 46 ]
Jesús enseña a la gente junto al mar , de James Tissot, c. 1890.