Sin embargo, ambos evangelios comparten bastante material—compuesto en gran parte de logia atribuidos a Jesús—que está ausente en Marcos.
Algunos estudiosos han postulado que Q es en realidad una pluralidad de fuentes, algunas escritas y otras orales.
[6] Sin embargo, otros académicos explican este punto señalando que copiar Q habría podido ser visto como innecesario, en tanto sus contenidos ya estaban preservados en los evangelios canónicos.
[4] En el estudio de la literatura bíblica, algunos académicos creen que un redactor único redactó un proto Evangelio en griego.
Los académicos han señalado que las similitudes entre Marcos, Mateo y Lucas son demasiado importantes para explicarse por mera coincidencia.
Si los evangelios de Mateo y Lucas hacían referencia a un documento que hubiera sido escrito en otra lengua (por ejemplo, en arameo), es altamente improbable que dos traducciones independientes hubieran contenido exactamente las mismas construcciones de palabras.
Una fecha para el documento Q final suele considerarse las décadas de los años 40 y 50 del primer siglo, y algunos incluso consideran que la capa llamada sapiencial (1Q, conteniendo seis discursos de sabiduría) habría sido escrita tan pronto como los años 30.
Algunos estudiosos creen que puede ser parcialmente reconstruido examinando elementos en común entre Mateo y Lucas (pero ausentes de Marcos).