Raymond Edward Brown
Después de su ordenación, asistió a la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Maryland, EE. UU.)para estudiar con William Foxwell Albright, el reconocido arqueólogo bíblico y académico del Cercano Oriente.En la Universidad Johns Hopkins, Brown compartió clases con estudiantes protestantes y judíos, algo inusual entre los sacerdotes católicos de entonces.Durante la sesión de 1963 del Concilio Vaticano II, se desempeñó como un asesor experto para el obispo Joseph Patrick Hurley.Un obituario publicado en The New York Times señala que Raymond E. Brown atraía a los estudiantes en gran número, llenando el salón de clases hasta rebosar.[11] Cualquiera fuera su postura respecto de los temas en estudio, siempre citó ampliamente y sopesó los trabajos de los demás estudiosos, dándoles preferencias sólo según su discernimiento, y no según su mera predisposición.Acta Apostolicae Sedis n. 63 [1971] 665-669) estableció nuevas normas para la organización y el funcionamiento de la Pontificia Comisión Bíblica con el fin de que su actividad resultara más fecunda para la Iglesia y mejor adaptada a la situación actual.Esta Carta apostólica marcó un giro radical por cuanto concierne al papel y la organización de la Comisión Bíblica.En 15 breves artículos se definió la nueva estructura: los Miembros ya no serían Cardenales asistidos por consultores, sino docentes de Ciencias bíblicas provenientes de varias escuelas y naciones, que se distingan por ciencia, prudencia y sentir católico respecto al Magisterio eclesiástico (art.[7] Raymond Brown ejerció su ministerio como sacerdote católico en la diócesis de Baltimore (Maryland, EE. UU.).