Evangelio de Juan

La tradición apostólica atribuye la autoría de este evangelio a Juan el apóstol y evangelista aunque, dada la falta de unidad en su redacción final, el estilo y la fecha supuesta de redacción (en torno al año 90 d. C.), entre otros puntos, se cuestiona tanto la autoría en sí como sus alcances (redactor, comunidad responsable).

Muchos estudiosos han visto en el Evangelio de Juan un carácter marcadamente místico.

No se trata de una obra corriente: se disputa su autor, el ambiente que haya podido influir en su pensamiento y sus modos de expresión, su estructura literaria, sus fuentes y hasta la naturaleza del libro.

Existen numerosos papiros que contienen fragmentos del Evangelio de Juan.

Las dataciones más tempranas (P. Gardner-Smith; A. T. Olmstead; E. R. Goodenough; H. E. Edwards; B. P. W. Starther Hunt; K. A. Eckhardt; R. M. Grant; G. A. Turner; J. Mantey; W. Gericke; E. K. Lee; L. Morris; S. Temple; J. A. T. Robinson) se basan en los siguientes argumentos: Véase también: Controversias sobre la autoría del Evangelio de Juan Ireneo de Lyon (ca.

En cambio, B. P. W. Stather-Hunt y G. W. Broomfield se inclinaron por Alejandría debido a la difusión que el Evangelio de Juan tuvo en Egipto.

Esta teoría fue puesta en duda ya en el siglo III por Denis de Alejandría.

[15]​ El evangelio presenta una interrupción notable al final del capítulo 12 admitida por todos los comentaristas, por lo que la obra queda dividida en dos partes principales, a la que se suma un añadido o epílogo general.

Comparando la cantidad de veces que aparecen ciertas palabras en los Evangelios sinópticos, en los Hechos de los Apóstoles y en el Evangelio de Juan (Tabla 1),[21]​ se observa la terminología que domina al cuarto evangelio, y la importancia que este otorga a considerar a Dios como «Padre» y a vivir la «vida» verdadera, que para el autor del evangelio consiste en «permanecer» en el «amor», la «luz» y la «verdad», ya que viviendo así se «conoce» a Dios, se «cree» en él, y se «da testimonio» de él.

En general pese a que los encabezados de los textos están realzados con frases relativamente complejas de gran elegancia,[ad]​ el grueso del texto es pobre tanto en vocabulario como en estructuras gramaticales, resultando en algún caso manifiestamente oscuro.

Como señala Castro Sánchez, el evangelio «ha sido compuesto en un estilo extremadamente sencillo, con una sintaxis elemental y un vocabulario reducido.

Jesús es llamado «judío» solamente por los extranjeros: por la mujer samaritana,[av]​ y por Poncio Pilato.

[aw]​ Como varios grupos religiosos no son mencionados (saduceos, zelotes, herodianos, etc.), «judíos» sería un término usado por el evangelista para designar a todos esos grupos en general y a las autoridades religiosas de Jerusalén de esa época en particular.

[Nota 5]​ Con todo, se puede también observar que el término «judío» no aparece siempre con acepción peyorativa, porque el evangelista retuvo el texto en el que este nombre aparece unido al mayor elogio puesto en labios de Jesús de Nazaret en su diálogo con la mujer samaritana:[24]​ Además, el término «israelita» se usa en el Evangelio de Juan como título honorífico,[ax]​ y varios personajes que son presentados como judíos aparecen rodeados por una luz positiva, como sucede con Nicodemo, «notable entre los judíos»,[ay]​ que defendió a Jesús ante los fariseos,[az]​ y junto con José de Arimatea se ocupó de sepultarlo luego de su muerte.

Aun la expresión que los agrupa a ambos, «hijos de Zebedeo», aparece únicamente una vez,[bc]​ en el apéndice que la gran mayoría de los estudiosos clasifica como un agregado posterior a la redacción del corpus del evangelio.

Ese silencio absoluto respecto de Juan el Apóstol y de su hermano Santiago es tanto más sugestivo cuanto que Juan el Apóstol aparece 17 veces en los Evangelios sinópticos, en tanto que Santiago el Mayor es mencionado 15 veces y la expresión «hijos de Zebedeo» –sin nombrarlos expresamente– 3 veces.

Para este silencio se han propuesto razones diversas que no satisfacen a los estudiosos de forma unánime.

El escriturista Luis H. Rivas, señala: «no se ha encontrado una explicación satisfactoria para este silencio».

[29]​ John Chapman propuso que el autor del evangelio habría velado su propio nombre.

El evangelista insiste en mencionar que Nicodemo fue a Jesús «de noche».

Sin embargo, el evangelista señala que «en la noche», Nicodemo fue a Jesús.

Pero también se le da una interpretación alegórica, en relación con los cinco pueblos de donde provenían los antiguos samaritanos y a las divinidades que habían adorado en la Antigüedad.

[35]​ Así, el Evangelio de Juan reprocharía al pueblo samaritano, representado por la mujer, por haber adherido antiguamente a las falsas divinidades.

Primer folio del papiro 66 ( 66 ), códice datado del año 200, en el que se observa la sobreinscripción del nombre del Evangelio de Juan. Se trata de un papiro de Categoría I según la clasificación de Kurt Aland y Barbara Aland. [ 1 ]
Imagen del papiro 75 ( 75 ), que muestra el final del Evangelio de Lucas y el comienzo del Evangelio de Juan. [ 2 ] ​ Datado de 175-225.
Estatua que representa a Ireneo de Lyon . A fines del siglo II , este Padre de la Iglesia señaló a Éfeso como lugar de composición del Evangelio de Juan, lo cual es compartido hoy por la mayoría de los especialistas. Escultura de Carl Rohl Smith, 1883-84, Iglesia de Mármol ( Copenhague , Dinamarca ).
El encargo de Cristo a Pedro (1515), de Rafael Sanzio . Forma parte de los llamados cartones de Rafael , diseñados para la Capilla Sixtina y que hoy forman parte de la Royal Collection del Reino Unido . Esta obra se inspira en la escena propia del capítulo 21 del Evangelio de Juan, en la que Jesús resucitado repite a Simón Pedro que apaciente a sus ovejas (Juan 21, 15-17).
Las bodas de Caná (1887), del pintor realista ruso Vladímir Makovski . Óleo sobre tela ubicado en el Museo de arte moderno de Vítebsk . Las bodas de Caná es un pasaje único del Evangelio de Juan que no guarda paralelismo con ningún otro en los evangelios sinópticos , y uno de los dos momentos del evangelio en que está presente la madre de Jesús .
La curación del nacido ciego (1567), óleo sobre temple de El Greco . La obra se conserva en Gemäldegalerie Alte Meister , Dresde . El pasaje sobre la curación del ciego de nacimiento (Juan 9, 1-41) presenta en el Evangelio de Juan una singular envergadura y es el marco para una amplia polémica desatada por los enemigos de Jesús, presentados por el evangelista bajo el título de «los judíos».
El lavatorio de los pies ( ca . 1591-1592), óleo sobre tela de Palma el Joven que se conserva en San Giovanni in Bragora . El pasaje en que Jesús lava los pies de sus discípulos durante la última cena (Juan 13, 2-15) se encuentra únicamente en el Evangelio de Juan y muestra a Simón Pedro como partícipe necesario. La participación de los apóstoles en general y de Simón Pedro en particular es mayor en el Evangelio de Juan que en los evangelios sinópticos .
San Juan el Bautista ( ca . 1600-1605), por El Greco . Museo de Bellas Artes de Valencia . A la derecha puede notarse un cordero, en alusión al anuncio de Juan el Bautista: «He ahí el Cordero de Dios» ( Juan 1:35-36 ), propio del Evangelio de Juan.
Cristo enseña a Nicodemo ( Christus onderwijst Nicodemus ), de Crijn Hendricksz Volmarijn . Tanto los personajes y sus actitudes, como el juego de luz-oscuridad de la obra, manifiestan su inspiración en el Evangelio de Juan (Juan 3, 1-21).
Cristo y la mujer samaritana , obra de Stefano Erardi expuesta en el National Museum of Fine Arts, Valletta, Malta . Este óleo sobre lienzo se inspira en el relato del capítulo 4 del Evangelio de Juan.