Evangelio de Lucas

En griego su título se escribe Κατά Λουκᾶν εὐαγγέλιον [katá loukán euanguélion].

Este dato es aceptado casi unánimemente por los estudiosos, ya que ambas obras están dedicadas a un mismo personaje, un tal "Teófilo".

El autor del libro de los Hechos, además, hace en su prólogo referencia a una obra precedente.

[2]​ Aunque el evangelio se considera anónimo porque no está firmado, tradicionalmente se ha atribuido a Lucas, el «médico querido» al que alude Pablo de Tarso («san Pablo») en su Epístola a los colosenses.

Además, algunos postulan contactos con Pedro y Marcos,[4]​ así como con María (madre de Jesús).

[2]​ De lo que el propio autor afirma en su prólogo puede deducirse que no conoció personalmente a Jesús,[2]​ pues, según su propio testimonio, fue escrito tras haber «investigado diligentemente todo desde sus orígenes» consultando con «testigos oculares y servidores de la palabra».

Esta tradición básica se habría desarrollado posteriormente basándose en lo que el propio autor afirma en su prólogo o Pablo en sus cartas: que no conoció personalmente a Jesús,[2]​ pues, según su propio testimonio, fue escrito tras haber «investigado diligentemente todo desde sus orígenes» consultando con «testigos oculares y servidores de la palabra».

Así, refiriéndose al templo Jesús dice: «llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida» y, respondiendo a la pregunta de cuándo sucedería responde: «Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato» y «Se levantará nación contra nación y reino contra reino».

Algunos autores (C. C. Torrey; C. H. Dodd) exponen que Lucas 21 no da ningún detalle histórico de la destrucción de Jerusalén, sino que toma todas las imágenes del Antiguo Testamento (Jeremías 21; Zacarías 12; 14; Esdras 9; Salmo 79; Ezequiel 40–48; etc.).

En esta misma línea argumental, se dice que de tratarse de una profecía post eventum podría haberse enriquecido la descripción aludiendo, por ejemplo, al fuego, pues el Templo fue incendiado.

Los Hechos de los Apóstoles, del mismo autor y presentado en el prólogo como segunda parte del Evangelio de Lucas, finaliza con Pablo sometido a arresto domiciliario en Roma, lo cual ocurrió el año 62.

Este argumento cobra más fuerza cuando se considera que una tercera parte de Hechos narra el arresto y proceso de Pablo, lo cual hace más extraño aún el que no se narre su muerte si ya hubiese acontecido.

[8]​ Aunque el consenso sobre el origen griego del Evangelio de Lucas es amplio, Anderson considera tener suficientes argumentos para afirmar que la obra fue escrita originalmente en arameo, antes del año 70, y fue dirigida a Teófilo ben Anás, sumo sacerdote (saduceo) entre los años 37-42 d. C., cuñado de Caifás.

Parecería, en efecto, y sería muy lógico que tras el prólogo (1, 1-4) debería venir enseguida 3, 1.

Conzelmann fue muy criticado por centrarse demasiado en un pasaje (en este caso Lc 16, 16) olvidando el resto.

Otros, como Raymond Edward Brown[16]​ y Joseph Augustine Fitzmyer, S.I., han sugerido que este pasaje haya sido añadido posteriormente por el mismo autor.

Este es el texto que describe cuando Jesús suda gotas de sangre y es confortado por un ángel en Getsemaní.

[17]​ La explicación tradicional de estas omisiones en tan importantes y diversos volúmenes es que habría sido eliminado "por quienes sentían que la narración de Jesús abrumado por la debilidad humana era incompatible con su compartir la divina omnipotencia del Padre".

[20]​ Según Anderson H,R, el evangelio de Lucas se dirige a Teófilo ben Anás; sumo sacerdote saduceo entre los años 37 – 42 d. C., cuñado de Caifás, y por tanto a una audiencia saducea.

Final del Evangelio de Lucas en el Códice alejandrino , del V , el tercero más antiguo conocido (siendo los anteriores el Códice sinaítico y el Códice vaticano ).
Ilustración bizantina del X : Lucas escribiendo su evangelio.