Autoría de los escritos joánicos

Todos ellos comparten ciertas similitudes en el trasfondo teológico, pero también hay diferencias que originan debate hoy.

Él hipotetizó sobre un documento base que fue grandemente modificado por un editor posterior.

Hizo notar las similitudes con el corpus Paulino, pero le atribuyó esto al fondo común helenístico.

A pesar del origen gnóstico, Bultmann le atribuye al autor varias mejoras sobre el gnosticismo, como la postura judeocristiana de la creación y la desmitificación del papel de Redentor.

50) El descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto en Qumrán marcaron un cambio en la escuela joanina.

Muchos sugirieron que Juan el Bautista perteneció a la comunidad Esenia, y si Juan el Apóstol fue anteriormente discípulo del Bautista, pudo haber sido influenciado por su enseñanza.

Con la excepción de la Vie de Jésus de Renan, que alababa los detalles históricos y geográficos presentes en el Evangelio, prácticamente todos los críticos anteriores al siglo XX negaban cualquier valor histórico a la obra, basándose sobre todo en sus conclusiones sobre siete tesis particulares: primero, que la tradición de la autoría por Juan el Apóstol fue creada a posteriori para dar soporte a la autoridad del libro; segundo, que el libro no procede ni siquiera indirectamente del relato de un testigo ocular; tercero, que el libro fue escrito como una obra apologética, no como historia; cuarto, que la tradición sinóptica fue usada y adaptada muy libremente por el autor; quinto, que estas desviaciones no eran debidas a la aplicación de otras fuentes desconocidas a los autores de los evangelios sinópticos; sexto, que los discursos en el Evangelio expresan no las palabras de Jesús, sino las del evangelista; y por lo tanto, que el cuarto Evangelio no tiene ningún valor como suplemento de los sinópticos.

Se apuntan algunos pasajes como soporte a favor del carácter histórico de algunos hechos contenidos en el relato evangélico: De acuerdo con algunos críticos, las primeras personas en usar el Evangelio de Juan fueron los gnósticos desde principios hasta mediados del segundo siglo, basándose en los comentarios hechos a Juan por los Gnósticos Ptolomeo y Heracleón, citados por Ireneo y Orígenes.

Conforme el texto se dispersaba por Egipto, varios pedazos de información legendaria fueron preservados.

Ireneo de Lyon los combatió, afirmando que los alogis intentaban suprimir la enseñanza del Espíritu Santo para poder vencer al Montanismo, y como resultado negaban la autoría del Evangelio de Juan y su autoridad.

Después Epifanio llamó a este grupo, seguidores del sacerdote Cayo, los alogoi (ἄλογοι), término que puede traducirse del griego tanto como "los sin palabra" como "los sin razón".

Los documentos sobre la autoría tradicional del Evangelio tienen ciertos puntos débiles que han sido explotados por los críticos.

Sus citas a Juan el Presbítero parecen motivadas por sus argumentos de la autoría del Apocalipsis.

Filson y Sanders sugieren a Lázaro de Betania, ya que Juan 11,31.36 indican explícitamente que Jesús lo "amaba", y esto está implicado en el Evangelio secreto de Marcos.

Parker sugiere que este discípulo podría ser Juan Marcos; sin embargo, los Hechos de los Apóstoles indican que Juan Marcos era muy joven y llegado después como discípulo.

J. Colson sugiere que "Juan" era un sacerdote de Jerusalén, explicando así la mentalidad sacerdotal en el Cuarto Evangelio.

Se han dado varias objeciones a la autoría de Juan el Apóstol.

Pero los Evangelios sinópticos están de acuerdo en que Juan era un pescador, quien seguramente no tendría mucha educación.

Contra esta objeción, se puede notar que Juan no era pescador a jornal, sino alguien que podría tener su propio barco, y por tanto podría tener acceso a suficiente ingreso para pagar una enseñanza.

Brown (1970) distingue cuatro etapas de desarrollo: la tradición conectada directamente con el apóstol, una edición parcial de sus discípulos, una síntesis hecha por el apóstol y las adiciones del editor final.

Muchos críticos fechan la escritura del Evangelio en los últimos cuatro o cinco años del primer siglo, aunque como ya se ha dicho, algunos eligen incluso una fecha muy posterior, típicamente en la época de Ireneo.

Fuera del mundo Sirio, el libro tiene varios testigos tempranos, y parece que fue ampliamente aceptado.

Este autor hipotético es usualmente llamado "Juan el Presbítero" para distinguirlo del apóstol.

Las primeras dudas sobre la autoría apostólica del libro vinieron en el siglo III.

Más radicalmente en el siglo IV, la mayoría de la Iglesia Oriental rechazaba su canonicidad.

Hoy en día casi todos los cristianos aceptan este libro como parte del canon.

Una identificación precisa del autor es casi imposible debido a la falta de evidencia.

Sin embargo, la obra es por lo general asignada a un círculo de discípulos cercanos al Apóstol Juan.

Ireneo menciona el final del reinado de Domiciano (lo cual repiten Eusebio y Jerónimo).

Ésta es la opinión más común entre varios críticos modernos que consideran la obra como escrita de una sola vez.

San Juan en Patmos , de Velázquez .
Juan el Evangelista, Evangelios de Rábula .