Heracleón fue un gnóstico que por los años 140 abrazó el sistema de Valentin y lo propagó principalmente en Sicilia.
San Epifanio dice que Heracleon añadió a los errores de su maestro sus propias visiones y quiso reformar en algo la teología de aquel.
Para confirmar esta opinión alteraba las palabras del Evangelio de San Juan: Todas las cosas fueron hechas por él y sin él no se hizo nada; añadiendo estas otras de su cabeza: de las cosas que hay en el mundo.
Deprimía mucho la ley antigua y desechaba sus profecías, las cuales según él eran unos sonidos al aire que no significaban nada.
No se dice que negasen o pusiesen en duda ninguno de los hechos publicados por los apóstoles y referidos en los Evangelios; luego estos hechos eran de una certeza ineluctable.